No te cases joven

Al principio cuando mi marido y yo nos comprometimos con 23 años, me dedicaba a dar explicaciones que creía necesarias por ser joven. Sin embargo, tardé poco en pasar de los razonamientos al “nos casamos porque nos da la gana”.

12 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
Matrimonio

(Unsplash / Denny Muller)

Casarse es un jaleo. Pero si eres joven, lo es con más razón todavía. Quitando el estrés normal y la de conversaciones que genera una boda, si encima eres joven ya puedes prepararte para los comentarios que la gente suelta “por tu bien”.

Desde el “vas a perderte los mejores años de tu vida” hasta el “¿te lo has pensado bien?”, o incluso los “si sale mal, siempre puedes marcharte”. Es increíble la cantidad de opiniones no pedidas que vierte la gente cuando les dices que te vas a casar.

Al principio, cuando mi marido y yo nos comprometimos (teniendo ambos 23 años) y la gente empezó a decirnos estas maravillosas frases, yo intentaba dar explicaciones. Razonaba con ellos los motivos por los que hemos decidido dar el paso. Sin embargo, tardé poco en pasar de los razonamientos al “nos casamos porque nos da la gana”, sin comentar más. ¿Qué necesidad hay de que justifique ante nadie mi matrimonio?

“Tienes que entender que si eres joven a la gente le va a sorprender”. Maricarmen, el problema de la gente es que a algunos les cuesta comprender que no todos compramos el discurso de esperar hasta tarde para que tu vida familiar no interrumpa tu trayectoria profesional.

“Tal vez lo que ocurre es que hablas y decides desde un puesto privilegiado”. Tal vez. Privilegio de que me dieran la bofetada a tiempo para reordenar mi escala de valores antes de que llegue la época de arrepentirse.

“¿Entonces quien se casa ya con cierta edad se ha equivocado?”. No lo sé, señora. Suélteme el brazo. Yo solo sé que me caso porque me da la gana.

La realidad es que en esta época de redes sociales nos hemos acostumbrado a comentar la vida de las personas como si nuestra existencia se desarrollara en un foro público. Empieza a ser habitual tratar a los jóvenes como ingenuos. Que lo somos, pero bendita y descarada juventud, que los mayores también atravesaron, por cierto.

Es cierto que hay mucha gente dando su opinión y diciendo que no te cases joven. También están los que dan su beneplácito a tu matrimonio, siempre y cuando asegures que no se te pasa por la cabeza la siguiente gran locura: tener hijos. Pero ese es otro tema.

De todas las voces que nos rodean, yo me quedo con la opinión de san Agustín. Con amor y con cabeza, no te cases joven si no quieres o no puedes. Salvo que te dé la gana y veas con un corazón sincero que puedes dar el paso. Entonces sí, “ama y haz lo que quieras”.

El autorPaloma López Campos

Redactora jefe de Omnes

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