Mayo de Muerte y Resurrección

¿La cruz en mitad del tiempo pascual? ¿Tiene sentido recordar la Pasión en plena celebración de la Resurrección?

3 de mayo de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
Mystery man

El rostro de Mystery Man (Foto: Artisplendore)

En la Cruz, Jesús llevó a cabo el mayor acto de amor realizado jamás por un ser humano y, para hablar de amor, siempre es buen momento ¿No crees? 

El mes de mayo nos ofrece diversas oportunidades de reflexionar sobre el amor tan grande que nos ha tenido Dios y que ha manifestado en la Cruz. 

La Cruz

Por un lado, las cruces de mayo, una manifestación de religiosidad popular que cuenta con honda tradición y gran auge aún tanto en España como en Hispanoamérica. Cruces decoradas con flores en cada calle o plaza ofrecen este doble aspecto de la cruz, como lugar de muerte y de vida, de dolor y de gozo, de oscuridad y de luz y color. El origen de esta fiesta hay que buscarlo en la celebración, el 3 de mayo, de la fiesta de la Invención (descubrimiento) de la Santa Cruz.

En este día, se conmemora la aparición de la verdadera cruz de Cristo, junto a otras dos, en las excavaciones que dirigió Santa Elena, madre del emperador Constantino, en Jerusalén. Una cruz que estos días ha vuelto a salir a la palestra puesto que la Santa Sede ha donado dos pequeños fragmentos de ella, como gesto ecuménico con ocasión del centenario de la Iglesia Anglicana de Gales. Estas reliquias del denominado Lignum Crucis, se incorporarán a la cruz que presidirá esta misma semana la celebración de la consagración de Carlos III como nuevo rey de Inglaterra.

Año Santo Jubilar

Asimismo, en este tiempo pascual, ha tenido lugar la apertura del Año Santo Jubilar en Liébana, cuyo monasterio de Santo Toribio ha sido lugar de peregrinación a lo largo de los siglos precisamente por custodiar, ni más ni menos que el fragmento de Lignum Crucis de mayor tamaño del mundo.

Hasta el 16 de abril de 2024, tenemos la oportunidad de unirnos a los miles de peregrinos que acudirán a ganar el jubileo en este año tan especial, venerando esta reliquia que nos habla de amar hasta dar la vida, de dar la vida amando.

The Mystery Man

Finalmente, hasta el 30 de junio, la Catedral de Guadix, en la provincia de Granada, acoge la exposición “The Mystery Man” que ofrece de nuevo una oportunidad única de reflexionar sobre esta dualidad muerte-vida a través de un acercamiento único a la figura del ajusticiado cuya imagen aparece en la Sábana Santa.

Sea o no Jesús ese “hombre misterioso” de la síndone, lo cierto es que la muestra está diseñada para acercarnos a los misterios centrales de nuestra fe: la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesús. Tuve la ocasión de visitarla recientemente y, tras una introducción en la que se sumerge al visitante en la forma en la que Roma ajusticiaba a los condenados a la pena de cruz, pude conocer a través de detallados paneles y audioguías, la historia de la sábana santa, su influencia en la iconografía cristiana de todos los tiempos, y las grandes incógnitas de una imagen cuya formación la ciencia no ha logrado aún explicar.

El momento culminante de la visita llega cuando puedes ver de cerca una escultura hiperrealista, con pelos y señales, del hombre de la sábana santa pudiendo contemplar cada herida, cada llaga, cada mancha de sangre. Mi sensación, como espectador, fue muy distinta a la que se siente ante las múltiples y bellísimas imágenes devocionales que se veneran en nuestras iglesias y capillas con títulos como Santísimo Cristo de… o Nuestro Padre Jesús de…

Saber reconocer

El hecho de no poner nombre a este hombre misterioso, cuyos signos de martirio coinciden plenamente con los que nos relatan los evangelios, me hicieron acercarme mucho mejor a la humanidad de Jesús y preguntarme: ¿Habría reconocido yo a Dios en Jesús si me lo hubiera encontrado en vida cara a cara o me habría parecido “uno de tantos”, como dice San Pablo en su famoso himno de la Carta a los Filipenses? Y con la pregunta, una denuncia: ¿por qué no soy capaz de ver a Dios y de sentir la devoción que merecen los cristos de carne y hueso en los que Él aseguró que se encarnaría cuando dijo aquello de “tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber…”? 

En un mensaje con motivo de la ostensión de la Sábana Santa en 2013, el papa Francisco incidió en esta idea afirmando que «este rostro desfigurado se asemeja a tantos rostros de hombres y mujeres heridos por una vida que no respeta su dignidad, por guerras y violencias que afligen a los más vulnerables… Sin embargo, el rostro de la Sábana Santa transmite una gran paz; este cuerpo torturado expresa una majestad soberana. Es como si dejara trasparentar una energía condensada pero potente; es como si nos dijera: ten confianza, no pierdas la esperanza; la fuerza del amor de Dios, la fuerza del Resucitado, todo lo vence».

Es con esta esperanza con la que me quiero quedar en este mes de mayo de Muerte y Resurrección. Porque la Cruz valió la pena.

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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