Mi madre nació el 30 de marzo de 1942 en Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias) y fue bautizada en la iglesia de la Concepción de esa ciudad. Sus padres fueron Jesús Curiá Cabra, nacido en San Sebastián y Clemencia Martínez-Alayón Guerra, nacida en Tenerife. Su padrino de bautismo fue su abuelo el veterinario valenciano Severo Curiá Martínez. Hizo su primera Comunión en 1949 con 7 años en el colegio la Pureza de María, donde se confirmó en 1952 con 10 años siendo su padrino de confirmación su hermano mayor Ángel. Después del mayor, vino su hermano Néstor y, más pequeños que ella, Jesús y Carlos.
En 1958 terminó el bachillerato en el colegio la Pureza de María. En el conservatorio de Santa Cruz de Tenerife estudió solfeo, estética, historia de la música y hasta 6º curso de piano (no terminó los cursos 7º y 8º porque su padre le animó a irse al extranjero a aprender idiomas). El curso 1959/1960 lo pasó en Francia, estudiando francés y literatura francesa en el “Cours Albert le Grand” de las Dominicas de Burdeos. De 1960 a 1962 estudió Secretariado en “St. Godric´s College” (Hamstead, Londres). Allí también obtuvo el “Lower Certificate in English» y el de la “London Chambers of Commerce».
Durante un año trabajó en Tenerife en la empresa naviera Cory, empleo que dejó para trasladarse a Madrid. Ya en esta ciudad, trabajó un año en la empresa inglesa Fertiberia. En 1964 obtuvo el “Proficiency” en inglés en el Instituto Británico y en 1966 realizó un curso en la Escuela Oficial de Idiomas de Madrid. En esos años también estudió taquigrafía internacional en inglés, francés y español en la Academia Samper de Madrid. De 1966 a 1968 trabajó como secretaria de dirección en la empresa britano-holandesa Unilever.
La vocación
En 1966 pidió la admisión como supernumeraria del Opus Dei en el Colegio Mayor Alcor de Madrid, que conoció gracias a una antigua vecina de Tenerife que le invitó a conocerlo en una ocasión. En la Semana Santa de ese año acudió a Roma con otras jóvenes de su edad y pudo conocer personalmente a san Josemaría Escrivá de Balaguer, que la recibió a ella y a su amiga Ana Rodríguez Corazón en una sala de estar de Villa Tevere, la sede central del Opus Dei en Roma. Estos hechos tendrían una importancia decisiva en las profundas convicciones cristianas que transmitió a toda su familia.
En marzo de 1966 conoció en un guateque a Ángel María Leyra Faraldo (Ferrol, 25-II-1938 – 27-VIII-2021). Ángel se fijó en ella y le pidió su teléfono, para poder llamarla. Después de dos años de noviazgo, se casarían en la Basílica Pontificia de San Miguel el 10 de agosto de 1968 y viajarían en el Seat 600 de ella de luna de miel a Cataluña. En el monasterio de Montserrat prometieron a la Virgen que le darían ese nombre a su primera hija, como así hicieron un año después. Antes de tener a su primera hija Montse, que llegaría a ser doctora en Filología Clásica y Semítica por la Universidad Hebrea de Jerusalén, dio clases de inglés durante un curso en el colegio Besana. En 1970 nacería su hijo Miguel Ángel, que llegaría a ser filósofo, doctor en teología y ordenado sacerdote en el año 2000. En 1972 nació su hija María José, licenciada en ADE y en la actualidad casada y con una hija.
Filología inglesa
En 1972 se trasladó a La Laguna porque su marido fue destinado a la Universidad Laboral de la Laguna. Allí nacerían sus hijos Ana Isabel (1974, licenciada en Magisterio, en la actualidad casada y con dos hijos), María Luisa (1976-2014, licenciada en Derecho, casada y madre de cuatro hijos) y Pablo (1976), que fallecería una semana después de nacer por complicaciones en el parto. En 1974 superó las pruebas de acceso a la Universidad para mayores de 25 años en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna para comenzar 1º de Filología Inglesa, estudios que tuvo que interrumpir por no poder compatibilizarlo con la atención que quiso prestar a su ya extensa familia. En 1978 toda la familia se trasladaría a Madrid. En 1980 nacería su último hijo, Santiago, doctor en Derecho y profesor universitario.
El curso 1985/1986 realizó un curso de Literatura inglesa en el Instituto Británico y en 1987 uno de Técnicas de enseñanza de inglés en el British Council. Durante años dio clases particulares de inglés a alumnos de entre 13 y 18 años y realizó trabajos de traducción y transcripción de textos.
Homenaje a la entrega
Hoy en día es difícil que muchos padres o madres -por cómo se ha ido configurando la sociedad contemporánea- puedan permitirse renunciar a su carrera profesional para dedicarse a la atención y educación de sus hijos, los que deciden apostar por la vida contra la “generosa” opinión de muchos de que somos demasiados en este planeta. Ahora se habla más de conseguir la llamada “conciliación trabajo y familia”, que no parece ir demasiado bien a juzgar por los índices de salud de la familia al menos en occidente.
En la actualidad, mi madre vive en su casa de siempre de Mirasierra su entrada en la ancianidad viuda y rodeada y cuidada por sus hijos, que la queremos y admiramos mucho. Estas sencillas líneas quieren ser un merecido homenaje a ella y a las millones de mujeres -más numerosas que los hombres aunque también los ha habido- que a lo largo de la historia y también en la actualidad han decidido libremente sacrificar en parte o totalmente su carrera profesional y su posible brillo personal para dedicarse a sus hijos y a su familia, siendo verdaderamente felices viviendo un amor verdadero: dando su vida por los demás y recogiendo los abundantes frutos de su entrega, como nos enseñó Jesucristo desde el misterio luminoso de la Cruz. Muchas gracias, mamá.