Los verdaderos ciegos

Durante la Jornada Mundial de la Juventud tuvo lugar la curación de una joven peregrina llamada Jimena, hecho que algunos califican de milagroso.

22 de agosto de 2023·Tiempo de lectura: 3 minutos
JMJ

La curación de Jimena durante la JMJ, una joven madrileña de dieciséis años prácticamente ciega, ha conmovido al mundo entero. Ha ocurrido el cinco de agosto en la festividad de Nuestra Señora de las Nieves, en el último día de una novena que estaban realizando para pedir su curación ella y todas sus amigas. Y ha tenido lugar en medio de la Jornada Mundial de la Juventud, en Lisboa, donde Jimena asistía para unirse a una multitud incontable de jóvenes llegados de todo el mundo.

Me ha sorprendido (quizás no demasiado) la reacción de algunos periodistas que, incluso con la evidencia puesta ante sus propios ojos de que esta chica estaba ciega y ahora ve, se niegan a reconocer este hecho inexplicable, este posible milagro. Sencillamente lo están viendo con sus propios ojos, pero ellos no creen en los milagros.

Están más ciegos que lo que estaba Jimena. Lo tienen delante de sus ojos y no lo ven.

En realidad, esta ceguera no es sino la que padece toda nuestra sociedad. Nuestro mundo no cree en los milagros. E incluso a los que nos decimos creyentes nos cuesta creer en estas manifestaciones extraordinarias de lo sobrenatural en nuestra vida. La razón principal es que tenemos un preconcepto materialista de la realidad en el que, incluso en el caso de que creamos en la existencia de Dios, no creemos que este pueda actuar en la realidad material. Concebimos a Dios y todo lo sobrenatural como una realidad distinta y distante de la realidad material, sin ningún tipo de conexión. Se nos ha colado la visión deísta de un relojero que pone en marcha una maquinaria que luego funciona por sí sola.

Pero esa no es la visión cristiana de Dios y de su relación con el mundo. Dios no creó simplemente el mundo hace millones de años. Dios sigue creándolo y sosteniéndolo en su existencia. Y como un Padre amoroso, está presente en nuestra vida y nos cuida con su providencia.

Un día Jesús lanzó un grito de alegría porque el Padre de los cielos ocultaba los misterios del Reino a los sabios e inteligentes y se los mostraba a los sencillos (cfr. Mt 11, 25). También algo así sigue ocurriendo hoy en día. Para los millones de jóvenes que como Jimena asistieron a la JMJ les resultó extraordinariamente normal que Dios obrase ese posible milagro y se alegraron con Jimena de su curación. Quizás porque durante esos días ellos mismos habían vivido en un ambiente de espiritualidad y trascendencia en el que Dios estaba cercanamente presente.

Los milagros son signos que Dios hace para mostrarnos la cercanía de un Reino que está ya entre nosotros. Jesús curó a ciegos, no solo como acto de caridad y misericordia, sino para enseñarnos a ver más profundamente, con la mirada de la fe.

La gran pregunta que me brota en el corazón es ¿qué ha querido decirnos con este posible milagro Dios? Sin duda el Señor ha respondido a la fe de Jimena y sus amigas que realizaban esa novena para su curación. ¿Cuántos jóvenes se atreverían a decirles a sus amigos que se uniesen a ellos en oración para pedir algo? Hay que ser valiente para ello, como señalaba D. Ignacio Munilla en un encuentro con jóvenes en la JMJ al comentar este acontecimiento.

Pero, además, creo que Dios nos está diciendo con esta curación mucho más. Está confirmando a los jóvenes de todo el mundo en el camino que han recorrido de la mano de Francisco en estos días que, como María, deben levantarse y salir al encuentro de sus hermanos, llevando a Jesús en sus entrañas. Que es posible la fraternidad universal. Y que Dios, el Emmanuel, camina con nosotros como el Dios cercano y real.

Y es que, como decía Chesterton, “lo más increíble de los milagros es que ocurren”.

Y ahora los jóvenes de todo el mundo lo saben. Lo han visto con sus propios ojos.

El autorJavier Segura

Delegado de enseñanzas en la Diócesis de Getafe desde el curso 2010-2011, ha ejercido con anterioridad este servicio en el Arzobispado de Pamplona y Tudela, durante siete años (2003-2009). En la actualidad compagina esta labor con su dedicación a la pastoral juvenil dirigiendo la Asociación Pública de Fieles 'Milicia de Santa María' y la asociación educativa 'VEN Y VERÁS. EDUCACIÓN', de la que es Presidente.

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