FirmasAquilino Castillo Álvarez

Llenar el vacío en Tierra Santa el Covid-19

El principal desafío tras la pandemia es, en Tierra Santa como en el resto del mundo, volver a lo que fue la vida cotidiana, a la rutina de una tierra por naturaleza bulliciosa, donde el trasiego y la algarabía de gentes venidas de todo el mundo es una constante. 

17 de junio de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

El 31 de mayo de este año la Iglesia universal ha celebrado Pentecostés, y la Tierra Santa se prepara con esperanza para cerrar el ciclo de la pandemia del Covid-19. El mundo deja atrás 3 duros meses, vividos aquí con muy pocos casos: los fallecidos no sobrepasan las 280 personas.

Las Pascuas, católica, ortodoxa y judía, discretas, apagadas. El Ramadán bajo desescalada, sin aglomeraciones y con la explanada de al-Aqsa también desierta, silenciosa, como toda Jerusalén: vacía.

La Tierra Santa se prepara para la vuelta a la normalidad, que ha sido paulatina durante todo el mes de mayo. Para la Ascensión la casi totalidad de escuelas y lugares de trabajo, ya están abiertos; sólo la hostelería queda, de momento, en letargo.

El principal desafío, como para el resto del mundo, es volver a lo que fue la vida cotidiana, a la rutina de una tierra por naturaleza bulliciosa, donde el trasiego y la algarabía de gentes venidas de todo el mundo es una constante. Israel entró en la etapa Covid con un aumento del 18 % de peregrinos en los dos primeros meses del año; se preveían más de 5 millones para el 2020. El turismo religioso es clave para las dos entidades políticas que constituyen Tierra Santa, Israel y Palestina. 

Volver a crear riqueza dependerá de la capacidad de ambos países, Israel y Palestina, para atraer un turismo que pueda sentirse seguro y sin contagios, con total garantía sanitaria.

En medio de este maremágnum queda latente una cuestión aún más importante: la crisis de las familias, sobre todo en Palestina, cuyos miembros quedan sin trabajo porque dependían directa o indirectamente del turismo, y donde a diferencia de Israel, no existe subsidio de desempleo. 

Desde el Christian Information Center, donde los franciscanos realizan las reservas de celebraciones en todos los santuarios de Tierra Santa, se constatan reservas para el mes de agosto por parte de grupos de Polonia. Y se prevé la posible llegada de otros peregrinos desde Grecia, Chipre o Ucrania. Con más esperanza, se puede pensar que Europa quizás tímidamente reaparezca en octubre.

El autorAquilino Castillo Álvarez

Profesor de Islamología (Jerusalén)

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