En Italia la polémica estuvo servida cuando el primer ministro anunció los miembros de los comités de expertos que colaborarían con el gobierno para hacer frente a la crisis sanitaria. En el primero, compuesto por 21 personas, no había ninguna mujer.
En el segundo la presencia femenina se reducía a 4 de los 16 integrantes. Un dato sorprendente si tenemos en cuenta que numerosas mujeres han trabajado en primera línea para combatir el virus en hospitales y centros de investigación del país.
Pronto 80 científicas alzaron la voz. Entre ellas, Paola Romagnomi, docente de Nefrología, quien aseguraba que en Italia el 56 % de los médicos y el 77 % de los enfermeros son mujeres.
A ellas se unieron 16 senadoras, que escribieron en una carta dirigida a Conte: “Es evidente que en esta fase de reapertura del país no puede y no debe faltar la mirada, el pensamiento y los conocimientos de las mujeres”. La protesta cuajó en la decisión de incluir a varias expertas en los comités.
La senadora y neuropsiquiatra infantil Paola Binetti afirmaba recientemente que cualquier mujer, si hubiera tenido la capacidad de gestionar la pandemia, “habría puesto en el centro lo concreto del día a día y la relación”, evitando que la distancia física derivara en un distanciamiento social. Binetti forma parte del claustro de profesores del diplomado “Mujer en la Vida Pública: Feminismos e identidad católica en el siglo XXI”, que la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos celebrará del 11 al 25 de julio. Los organizadores aseguran que el encuentro es fruto de la invitación del Papa Francisco a promover la participación de la mujer en la vida pública y en la Iglesia.