Tres jóvenes sanos, felices y santos

Cuánto cambiaría la faz de la tierra si nuestros más grandes influencers fueran los santos que la Iglesia católica señala como ejemplos a seguir.

16 de julio de 2024·Tiempo de lectura: 3 minutos
Influencer

(Unsplash / Diggity Marketing)

Tendría yo unos 12 años cuando en una dinámica de grupo que se llevaba a cabo en mi colegio, una religiosa sabia y cercana nos preguntó: “¿a quién admiras y por qué?”

Habían respuestas variadas, algunos mencionaron actores o actrices famosos, otros a algunos deportistas destacados, yo recuerdo que pensé muy seriamente primero en mis papás pero quise referirme a alguien externo porque así lo hacían los demás y dije: “¡a san Juan Bosco!”

De él me hablaban mucho mis padres porque eran colaboradores salesianos. Ellos hablaban de él con admiración, recuerdo que me impactaba saber que era un gran educador y que se acercaba a los jóvenes con la fuerza del amor. Hacía malabarismos y otros trucos para atraerlos a Jesús. Les invitaba a mostrarse siempre alegres con una sonrisa sincera. 

Al paso de los años me doy cuenta que su personalidad influyó en mí. He querido parecerme a él en muchos aspectos y definitivamente, su ejemplo ha contribuido en mi propia forma de vida, en la que pretendo agradar a Dios aún en medio de tropezones y caídas.   

El 84 % de las personas afirman que tener un modelo a seguir les ha hecho experimentarse más seguros sobre lo que quieren en la vida. Quien admira a alguien, lo hace por algunos rasgos de su personalidad que armonizan con un sentido de vida. 

Cuando los niños y jóvenes tienen modelos a seguir y reflexionan sobre las razones por las que lo hacen, encuentran sentido a sus vidas. Y esto es en verdad un pilar formidable para edificar vidas sanas, felices, santas y fecundas.

En el mundo actual, nuestros hijos siguen “influencers” que no necesariamente practican virtudes ni tienen altos ideales. Son muchos los que sólo invitan a experimentar sensaciones novedosas, extremas, escalofriantes…

Los padres estamos ahí para orientar. Presentemos a nuestros hijos a verdaderos modelos a seguir. Existen jóvenes que saben disfrutar la vida de forma sana y apegada a una fe madura.

Tres de ellos son relativamente recientes y están camino a los altares. Repasemos un poco de su vida y cualidades: Schäffer, Frassati y Acutis.

Guido Shäffer

Guido Shäffer (1974-2009) brasileño, el “ángel surfista”. De un carácter alegre, sentía pasión por el surfing pues cuando lo practicaba se sentía más cerca de Dios. De una familia católica, vivía con naturalidad su fe. Se organizaba con amigos para rezar el Rosario en la playa antes de tomar las olas. Era médico e ingresó al seminario pues quería ser sacerdote. Trabajó en la Santa Casa de Misericordia atendiendo con profunda cercanía a pacientes pobres y especialmente a personas con VIH. Tenía un grupo de oración que se llamaba: “Fuego del Espíritu Santo”. Por esto, su vida está descrita en el libro que titularon: “Guido, mensajero del Espíritu Santo”.

Murió a los 34 años de edad surfeando… La tabla que llevaba le golpeó en la nuca y sufrió una conmoción cerebral. Él había comentado alguna vez que le gustaría morir así, en el mar, haciendo lo que más le gustaba. Murió poco antes de ser ordenado sacerdote dejando una huella imborrable en quienes le conocieron.

Pier Giorgio Frassati

Pier Giorgio Frassati (1901-1925), italiano. Alpinista. Aprendió la fe por su madre, pero su padre era anticlerical y no creyente. En tiempos en que Italia entra en conflicto tras la primera guerra mundial, él llegó a afirmar: “daría mi vida por hacer terminar la guerra”. 

Participó en organizaciones católicas que se comprometían con el bien. Se dedicó a cuidar a los pobres, enfermos y desamparados. Quería estar cerca de los mineros que sufrían terribles condiciones injustas, prácticamente de esclavitud. Fundó un grupo juvenil de oración y adoración al que llamó jocosamente “Los tipos sospechosos” cuya máxima era: “pocos pero buenos como los macarrones”. Cuando murió por poliomielitis, muchísimas personas acudieron a su funeral, los pobres a los que él amó, sus amigos y tantos que le admiraban. Su padre lamentó no haber conocido bien a su hijo y se dice, que el primer milagro de Pier Giorgio, fue la conversión de su padre que murió más adelante recibiendo los Santos Óleos siendo ya hijo de la iglesia.  

Carlo Acutis

Carlo Acutis (1991-2006). Italiano, “el influencer de Dios”. Hijo de padres católicos pero no practicantes. Desde pequeño mostró gran amor por la Eucaristía, por las advocaciones marianas, por los sitios sagrados. Un millenial, auténtico nativo digital que supo evangelizar con las nuevas tecnologías. Podría convertirse en “el patrón de la web”. Creó un sitio sobre milagros eucarísticos y otro sobre apariciones marianas, atrajo así a los jóvenes a los temas de fe. Un catequista ideal para sus tiempos, con gran pedagogía y convicción. Decía que la eucaristía es la autopista al cielo. 

Que en cada familia sepamos hablar de quienes admiramos. Hagamos el ejercicio de conocer más a estos santos jóvenes y actuales que tanto pueden inspirarnos. Cuánto cambiaría la faz de la tierra si nuestros más grandes influencers fueran como ellos: ¡sanos, felices y santos!

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