FirmasRaúl Nidoy

¡Gran trabajo, Lolo Kiko!

Lolo Kiko es como se conocía, en Filipinas, al Papa Francisco. En este artículo el autor recoge sus impresiones del último encuentro con el Papa y la trayectoria de su pontificado.

25 de abril de 2025·Tiempo de lectura: 4 minutos

El Papa saluda a una niña enferma en su última aparición pública el 20 de abril de 2025 ©OSV

Me conmuevo mientras reviso un video de mi reciente “close encounter” con el Papa Francisco, a quien llamamos Lolo Kiko en Filipinas. Fue el pasado mes de enero, durante el Jubileo de los Comunicadores.

Lo llevaban en silla de ruedas por el pasillo central del auditorio Pablo VI y la gente se agolpaba hacia él.

Una señora cercana gritaba palabras de agradecimiento, así que me uní a ella para expresarle mi gratitud. A mi lado había un compatriota que no paraba de repetir: «¡Mabuhay (Viva), Lolo Kiko!”

Pensando en algo personal que decir, grité: «Te queremos mucho, Santo Padre.  ¡Gran trabajo!«. Fue una convicción que siempre he mantenido, a pesar de los artículos de varios sitios católicos que critican al Santo Padre.

Como teólogo, intento basar mi pensamiento sobre temas de actualidad desde la perspectiva de la fe, que es básicamente el punto de vista de Dios. La fe en todas las enseñanzas de Jesús y de su Iglesia, que incluye la fe en Dios que decidió hablar y gobernar a través de un Papa.

Desde el principio, esperé que el Papa Francisco abordara los problemas del Occidente relativista y secularizado como san Juan Pablo II -el Grande- abordó y derribó el imperio comunista totalitario de Europa del Este. Y de inmediato, tras escuchar su primera entrevista, mi corazón se hinchó de expectación.

El Papa Francisco veía la Iglesia y el mundo como un hospital de campaña: tanta gente herida, tanto sufrimiento. Y lo que más me impresionó fue su énfasis en la misericordia. Por un lado, está blasonada en su propio lema: Miserando atque eligendo, teniendo misericordia y eligiendo, mostrando así que la misericordia impregnará todo su pontificado.

Y lo que es más importante, le ha dado una sólida base teológica. La misericordia no es un rasgo más de Dios. La misericordia es la verdad central de Dios. Al ser central, esta idea tiene implicaciones operativas sobre cómo hemos de vivir nuestras vidas, sobre cómo ha de organizarse toda la Iglesia.

Tras su muerte, publiqué esto en mi página de Facebook y, después de pensar más en ello, me di cuenta de que la misericordia subyace realmente a toda su obra:

«Amaba al Papa Francisco y me gustaría aclamar todas las grandes cosas que ha hecho por nosotros. Creo que estos son sus siete principales logros:

1. Dios es misericordia: sed misericordiosos. Nos ayudó a centrarnos en la verdad más íntima de Dios: Misericordia. Y así, si queremos estar unidos a Dios, nuestro único objetivo, tenemos que ser misericordiosos con la gente que nos rodea, especialmente con los pecadores, los ignorantes, los pobres y todos los necesitados.

2. Centralidad del kergyma: Dios nos ama, murió por nosotros, está vivo y cerca de nosotros. Esta verdad central de nuestra vida, enseñó, es el centro de todos nuestros esfuerzos por renovar nuestras vidas. Contemplar a Dios que nos ama infinitamente en cada momento nos mueve a amar generosamente a Dios y al prójimo.

3. Primacía y dignidad infinita de cada persona. Seremos verdaderamente capaces de amar a Dios -trinidad de personas- y al prójimo si valoramos la dignidad infinita de cada persona. Las desviaciones morales actuales –como el aborto, el matrimonio entre personas del mismo sexo, la indiferencia climática, la falta de compasion hacia los pecadores– tienen su raíz en el olvido de la dignidad infinita de cada persona, a cada una de las cuales tenemos que servir.

4. Corresponsabilidad de todos en la Iglesia (Sinodalidad). Ya que todos somos otros Cristos, todos somos Iglesia. Todos somos corresponsables en orientar nuestro camino hacia Dios. Este empuje de Francisco desata todas las energías de los católicos para hacer avanzar a la Iglesia.

5. Reforma del gobierno de la Iglesia para la evangelización. Reforma la Curia y todos los instrumentos de gobierno para que todo el gobierno sea para la evangelización. Dado que la evangelización es la misión y la vida de la Iglesia -la razón por la que existimos-, entonces la transmisión de la verdad (doctrina) y las normas de gobierno de la Iglesia (derecho canónico) deben estar al servicio de llevar a las personas a Cristo a través del Evangelio.

6. Alegría del Evangelio, de la santidad y de la familia. El título de tres documentos clave suyos contenía la idea de la alegría. La vida cristiana gira en torno a la alegría. Vivir fieles a la obra evangelizadora de Cristo, a su llamada a que seamos santos y al cuidado de la familia es fuente de la mayor alegría.

7. Bases para la convivencia pacífica de la Iglesia con liberales, laicistas, musulmanes y otros grupos. El Papa Francisco ha sentado las bases para establecer la concordia con grupos que históricamente han tenido problemas de relación con la Iglesia. Establecer la paz es un papel básico de cualquier líder para que su organización pueda prosperar. Es más, los liberales que son muy influyentes, antes muy críticos ahora están del lado del Papa.»

A partir de este post, entenderéis por qué mis últimas palabras a nuestro querido Lolo Kiko fueron: ¡Gran trabajo!

Entendía a Dios, a quien amaba con todo su corazón y todas sus fuerzas. Y comprendiendo a Dios tan profundamente, ha dejado un legado que no durará sólo hasta este año. Puesto que la misericordia es la verdad central de Dios y la naturaleza de Dios es para siempre, este legado es para todos los tiempos. Y somos afortunados -profundamente afortunados- por ser sus hijos en esta nueva etapa de la Iglesia -una etapa de la centralidad y operacionalización de la Misericordia- que tendrá que durar para siempre.

El autorRaúl Nidoy

Director de Comunicación del Opus Dei en Filipinas. Miembro del Consejo de Parents for Education Foundation (PAREF). Autor del libro, Jesus-Centered: Guide to the Happiest Life 

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