En el terreno de la defensa de la dignidad de la mujer, qué poca coherencia se observa entre lo que reivindican los contenidos informativos de los medios y el resto de contenidos.
-Periodista
@asanleo
Súbeme la radio, que esta es mi canción. Fíjate en las letras. Despacito. El verano ya está aquí para hacerte feliz y la música se desmelena convirtiendo en melodía un discurso transparente, porque por la boca muere el pez, con el permiso de Fito.
Más allá de las palabras que se dicen en público llenas de equilibrios semánticos políticamente correctos, la naturalidad de la música latina que riega las noches discotequeras y los vacíos del estío son altavoz de lo que cala por dentro.
Parte del pop latino es un paréntesis en la campaña global a favor de la dignidad, igualdad, respeto, y veneración del papel de las mujeres en un mundo con más sentido común que testosterona.
El ritmo de las ondas que inundan los cuarteles de verano son mujeres bellas como Venus convertidas en señoritas de Avignon de usar, abusar y tirar. Las cosas claras, oiga usted. Disfrazados de amores eternamente fugaces se travisten los impulsos y se cantan como un aserejé de exhibicionismo sin tapujos. Es esa autenticidad contemporánea que convierte en versos el desaguadero de los corazones como si todos viviéramos en Gran Hermano.
En las pistas de las discográficas bailan las carnes, mientras sucumben suavesito los argumentos que colocan a la mujer en el trono de las sociedades por el bien de los mundos posibles. Entre risas, ron y bamboleos, la alcantarilla se estanca de baba caribeña.
Las mismas radios que defienden a cada mujer en sus informativos tararean en sus musicales los himnos que destrozan sus esencias. Los mismos periódicos que disparan contra todo síntoma de machismo se hacen los refrescantes convirtiendo a Luis Fonsi en el rey león. Las mismas teles que destacan una cámara en cada esquina de la violencia de género, se suman a la coreografía denigrante del dale-mamasita, aquí, a pie de playa.
No encuentro en el supermercado protección solar contra las pieles femeninas taladradas al son sabrosón del latino power dance.
La música también asilvestra a las fieras. Ya tu sabes. Los hit de estos veranos top acabarán por hacer épica La barbacoa de Georgie Dann. Y tampoco era eso, mi amol.