Cómo hacer que la clase de Religión sea la mejor de todas

Se comenta que los alumnos han perdido interés por la clase de Religión. Puede ser, pero no los culpo a ellos, sino a sus circunstancias: en particular, al móvil y la secularización.

18 de marzo de 2025·Tiempo de lectura: 2 minutos
religión

Según la Encuesta Nacional Bicentenario UC 2022, se muestra una tendencia a la baja del catolicismo en Chile. La adhesión disminuye de un 70 % en 2006 a un 48 % en 2022. ¿Y dónde va la gente que deja la Iglesia? Aumentan los evangélicos, aquellos que no profesan religión, la creencia en el karma o en las energías localizadas en cosas físicas. 

Mientras el desierto avanza, ¿cómo ganarnos a nuestros alumnos para que quieran aprender sobre la fe católica?  

“A veces dan ganas de trabajar en otra cosa”, me decía un profesor cansado. Pero, ¡por el amor de Dios! ¡Si san Francisco de Asís y san Antonio de Padua pudieron conseguir la atención hasta de los peces!, ¿cómo no vamos a poder nosotros captar el interés de nuestros alumnos? 

En lugar de dar cuerda a la preocupación, podríamos repensar el modo de dar clases. Esto es lo que aborda el libro Educar para la vida. Experiencias en la enseñanza de la Religión, coordinado por Ronald Bown y publicado por la editorial Eunsa. En el libro, profesores de distintos colegios de Chile y España, comparten ideas prácticas para mejorar las clases. Es un proyecto que será útil para profesores de todos los niveles escolares, también para aquellos que tienen alumnos con necesidades educativas especiales. 

Por citar algunos ejemplos: Carolina Martínez ofrece una guía de lectura de la Biblia. Santiago Baraona ha visto a muchos alumnos despertar a las grandes preguntas mediante la lectura de libros como El hombre en busca de sentido, de Viktor Frankl, el ensayo Ser libre, de José Ramón Ayllón, o Mero cristianismo, de C.S. Lewis.

También hay ideas para los más pequeños. Francisca Ruiz y Bernardita Domínguez enseñan a sus alumnos de prebásica que la señal de la cruz es “la contraseña de los amigos de Jesús”. Genial. Y algo todavía mejor: para enseñar que cada uno de nosotros es un tesoro para Dios, dicen: “Colocamos un espejo dentro de una caja bonita forrada con algún papel brillante. (…) De a uno, se invita a cada niño a ver qué hay dentro de esa caja. Al abrirla y ver su reflejo, el niño se emociona y sonríe. Es un momento muy especial en la toma de conciencia del amor de Dios a cada uno” (p. 196). 

Hay personas que hicieron de la religión un tema interesante hasta para los habitantes del mar. Y nosotros, ¿cómo vamos a reinventarnos?, ¿cómo podemos infundir prestigio a la clase de Religión, para convertirla en la asignatura más atractiva de la malla curricular?

El autorJuan Ignacio Izquierdo Hübner

Abogado de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Licenciado en Teología de la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (Roma) y Doctor en Teología de la Universidad de Navarra (España).

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