Es de sobra conocido que los madrileños somos un poco chulos y creemos (basándonos en sólidos argumentos) que nacer en Madrid es toda una suerte. Tan chulos somos que se nos llama chulapos y chulapas. Estos términos bien podrían tener un origen despectivo pero que los madrileños hemos decidido adoptar con orgullo.
Estamos tan convencidos de que nacer en Madrid es una suerte que el ayuntamiento de la ciudad ha lanzado una campaña de fomento de la natalidad con el lema: “Lo maravilloso de traer una chulapa o un chulapo al mundo”. Cierto es que, en el momento de escribir este artículo, los enlaces de la página del ayuntamiento no funcionan y es difícil encontrar el plan detallado de la campaña. Pero no importa porque el agua de Madrid sigue siendo la mejor de España.
Tener hijos es cosa de chulos
Más allá de la gracia que tiene el cartel, donde se puede ver a dos bebés encantadores con la vestimenta tradicional madrileña, lo interesante de este plan de fomento es ver que no pone el foco sobre la parte negativa en la conversación sobre la natalidad. En un momento en el que hay mucha presión por parte de algunos sectores que dicen que tener hijos no es bueno para el planeta ni para el cuerpo, ver a una administración pública utilizando el término “maravilla” es un soplo de aire fresco.
No vamos a entrar en lo que luego se pueda concretar el plan y las circunstancias del partido que impulsa la campaña. Sin embargo, hay que reconocer que es interesante que promuevan lo positivo de la maternidad y la paternidad.
Da la sensación de que ahora tener hijos es cosa de valientes. Casi parece que tienes que ponerte un poco chulo para defender que quieres formar una familia. Tal vez sea un buen momento para adoptar un poco esa chulería tan madrileña y salir adelante mostrando la belleza de tener hijos. Es posible que ese descaro de la capital nos venga bien por una vez para reivindicar el valor de la familia. La realidad es que, sean chulapos o no, traer hijos al mundo es una cosa maravillosa.