Bendita y descarada juventud

Bendita y descarada juventud, con su toque de locura, que te hace pensar que puedes hacer algo bueno y grande. Algo como casarte joven, porque sabes que Dios quiere tu matrimonio incluso más que tú. Algo como vivir el celibato apostólico y disponerte, como san Juan, a llegar incluso al Calvario.

12 de noviembre de 2024·Tiempo de lectura: 2 minutos
Juventud

El Papa Francisco acude a un festival de jóvenes católicos en Bélgica (CNS photo / Lola Gomez)

La causa de beatificación de la hermana Clare Crockett se abrirá el 12 de enero de 2025. Esta monja nacida en Irlanda del Norte, que falleció con tan solo 33 años, se une a una lista de jóvenes que, en los últimos años, lideran un camino hacia el Cielo para las nuevas generaciones.

Nombres como el de Clare, Chiara Corbella, Pedro Ballester, Carlo Acutis, Chiara Badano o Marcelo Câmara inspiran a miles de jóvenes en todo el mundo. No es su juventud la que los hace santos, pero es un factor importante y que llama mucho la atención.

Somos muchos los jóvenes católicos que nos vemos en ocasiones remando solos. Cuesta mantener la fe en una sociedad que desprecia los valores que queremos amar, en un ambiente donde reina la hipocresía incluso dentro de los templos. Es difícil vivir la pureza, el desprendimiento y confiar en la Providencia.

Sin embargo, tenemos la oportunidad de pararnos un momento y dejar que la corriente siga mientras nosotros alzamos la mirada, aunque sea un segundo. Y allí vislumbramos la bendita y descarada juventud de quienes nos han precedido en el camino y han alcanzado la victoria.

Bendita su juventud, porque para gente como Carlo Acutis o Pedro Ballester esto no era un impedimento, sino una razón más para sacar fuerzas y seguir adelante en su esfuerzo por vivir las virtudes cristianas de forma heroica.

Descarada su juventud, porque sería absurdo pensar que ellos lo tuvieron más fácil que nosotros y, a pesar de todo, tuvieron la valentía de abrir el camino, demostrando que ser católico hoy es posible, también para nosotros los jóvenes, que el sábado estamos con nuestros amigos no creyentes en una fiesta y el domingo con nuestros amigos de la parroquia en Misa. Y eso es sano, ese es nuestro ambiente.

Bendita y descarada juventud, con su toque de locura, que te hace pensar que tú también puedes hacer algo bueno y grande. Algo como casarte joven, porque sabes que Dios quiere tu matrimonio incluso más que tú. Algo como vivir el celibato apostólico y disponerte, como san Juan, a llegar al Calvario.

Bendita esa juventud de corazón descarado que grita feliz que se entrega a Dios. Porque pueden decir lo que quieran, pero en la Vigilia de la última Jornada Mundial de la Juventud en Lisboa más de un millón de jóvenes pasaron la noche ante Cristo.

Como dijo san Juan Pablo II en 1985 a los jóvenes, a nosotros nos pertenece el futuro. Nuestra es “la responsabilidad de lo que un día se convertirá en actualidad”. Bendita y descarada juventud que quiere hacer de ese futuro próximo una actualidad llena de esperanza en Cristo.

El autorPaloma López Campos

Redactora de Omnes

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