Adolfo es un joven de 19 años que acaba de perder a un amigo de la misma edad. La causa: suicidio.
Tan sólo el escuchar esta palabra se eriza la piel. Es una cruda realidad que estremece el alma. Adolfo y sus amigos están impactados con este acontecimiento para el que no encuentran explicación. Algunos de ellos han hablado de hacer algo al respecto y salir del dolor y la confusión con acciones concretas.
La ONU ha mostrado preocupación por el incremento en las cifras de adolescentes que se quitan la vida a nivel mundial. Se trata de un problema de salud pública que requiere atención inmediata.
Es imperante favorecer la salud mental. Los expertos recomiendan fortalecer los lazos familiares en el amor y la atención. Asimismo, desalientan el consumo y el uso de violencia y de los vicios en general.
Debemos considerar que se han registrado casos de suicidio sin factores externos que pudieran detonarlos, pero debe saberse que 10 % de los adolescentes padecen depresión endógena y no se les da la atención y el tratamiento adecuados.
¿Qué podemos hacer frente a esta realidad?
- Prepararnos en el tema y tener a mano los teléfonos de ayuda profesional en nuestra ciudad o país. En Estados Unidos se puede marcar el 988. Platicar sobre el tema. Profundizar sobre el sentido y valor de la vida.
- ¡Sembrar ilusión! “La Ilusión no es el contenido de la felicidad pero sí su envoltorio”, afirma Julián Marías. Tener ilusiones es vivir hacia adelante mirando hacia el porvenir y en consecuencia tener metas. La ilusión llama al optimismo que es base fundamental para la salud mental
- Provocar reuniones de amigos con fines altruistas, no convivencias con exceso de sensaciones, sino otras que alienten lo más noble que hay en sus corazones. Alegría y servicio son dos virtudes que deben protagonizar los ambientes juveniles.
- Bajar el tiempo de consumo de pantallas y acceder a ellas sólo con fines específicos de estudio o de alimento positivo para la mente.
- Es importante la ayuda profesional, pero lo es aún más la vida familiar en armonía. Cuando esto no se da, el grupo de amigos se convierte en factor fundamental de autoestima y autovaloración. Como amigos, estén mas pendientes unos de otros, dense tiempo, conversación y cariño.
- Buscar a Dios. Son muchos los que llenan las ansias del alma humana al encontrarse con un Dios bueno que les ama incondicionalmente.
Nuestro mundo vive un ateísmo práctico que decepciona a jóvenes y adultos. ¡Es necesario volver a Dios! Empecemos a orar en familia y mostremos la belleza de la fe con nuestro ejemplo.
El Papa Francisco en su exhortación apostólica “Amoris Laetitia”, nos instruye:
Los padres que quieren acompañar la fe de sus hijos están atentos a sus cambios, porque saben que la experiencia espiritual no se impone sino que se propone a su libertad. Es fundamental que los hijos vean de una manera concreta que para sus padres la oración es realmente importante. Por eso los momentos de oración en familia y las expresiones de la piedad popular pueden tener mayor fuerza evangelizadora que todas las catequesis y que todos los discursos. Quiero expresar especialmente mi gratitud a todas las madres que oran incesantemente, como lo hacía Santa Mónica, por los hijos que se han alejado de Cristo. (Amoris Laetitia, 288).