El amor no pasa nunca

Cáritas nos hace entender que el amor no es indecoroso. Sus 73.661 voluntarios y 5.408 trabajadores contratados son el rostro más amable de la Iglesia.

1 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 3 minutos

Imagen: cartel de Cáritas para el Corpus Christi, día de Caridad

La frase es del famoso himno a la caridad de San Pablo y me sirve para hablar hoy de una maravillosa y excepcional historia de amor, de esas que duran para siempre: 75 años para ser exactos. La celebración de estas bodas de brillantes tendrá su momento culminante este 1 de julio, a las 18.30 horas, durante una Misa que presidirá el cardenal Osoro en la Almudena.

Pero no se engañen, no habrá renovación de las promesas matrimoniales ni entrega de los anillos ni oración sobre los esposos, porque esta historia de amor no es entre dos personas como estarán pensando.

Permítanme un paréntesis para reflexionar sobre cómo el abuso de la palabra amor en nuestro lenguaje para referirnos a la unión romántica entre dos personas ha devaluado mucho su significado. La merma es directamente proporcional a la fragilidad de dichas uniones. Con 100.000 divorcios al año y relaciones cada vez más efímeras, se puede decir que el amor para toda la vida es, cuando menos, una rareza. Y es una pena, porque la mayoría querría que el amor les durara siempre. Por eso, el capítulo 13 de la primera epístola a los Corintios que nos ha servido para titular este artículo es una de las lecturas más proclamadas en ceremonias nupciales religiosas y civiles, y el propio papa Francisco, en su exhortación sobre el amor en la familia Amoris Laetitia, lo pone como modelo de amor verdadero. Es bonito de oír, pero difícil de cumplir. Imposible, diría yo, sin la asistencia de la gracia.

Y es que sólo quien ha experimentado el amor puede a su vez ser amor de verdad para los demás. Es lo que ha conseguido Cáritas Española, que es quien celebra hoy la Misa por sus 75 años.

En este tiempo, con Corintios 13, Cáritas ha demostrado que el amor es paciente, acompañando sin mirar el reloj ni el calendario a las personas en sus muchas veces lentos procesos para salir adelante, cuando no en sus situaciones crónicas.

Cáritas nos ha enseñado que el amor es benigno, poniéndose al servicio de los pobres de forma gratuita, sin pedir nada a cambio. Los 2,6 millones de personas acompañadas el año pasado durante la pandemia pueden responder de ello.

Con Cáritas, hemos aprendido que el amor no tiene envidia, no presume y no se engríe, siendo una organización ejemplar en medio de la sociedad. Frente al exhibicionismo de alguna ONG, la competencia entre ellas y la mercantilización y politización de la pobreza, la labor silenciosa y humilde, siempre discreta, de Cáritas es una luz que brilla de forma especial. Pocas instituciones invierten menos en publicidad y en asesores de prensa y consiguen ser tan relevantes y valoradas como ella. 

Cáritas nos hace entender que el amor no es indecoroso. Sus 73.661 voluntarios y 5.408 trabajadores contratados son el rostro más amable de la Iglesia para personas que acuden rotas, a veces solo necesitadas de un oído atento, de un hombro acogedor, de una mano tendida.

Gracias a Cáritas vemos que el amor no es egoísta. En 2021, invirtió 403 millones de euros en sus diferentes proyectos y recursos en España (16 más que el año anterior) manteniendo su objetivo de austeridad en el apartado de Gestión y Administración en un 6,2%. Es decir, de cada 100 euros invertidos, solo se destinan 6,20 euros a gastos de gestión y administración. Una cifra que se mantiene en los últimos 20 años. 

Que el amor no se irrita y no lleva cuentas del mal lo corroboran los voluntarios y trabajadores de Cáritas cuando soportan el trato muchas veces desagradecido o en exceso exigente de algunas de las personas que acuden a las parroquias sin conocer la precariedad de medios con la que se cuenta y a quienes no les cierran las puertas. También por la respuesta sosegada de la entidad cuando ha tenido que aguantar las críticas de quienes la han atacado por motivos políticos o ideológicos.

Los informes que a través de la Fundación FOESSA edita Cáritas desde 1967 nos dan cuenta de cómo el amor no se alegra de la injusticia, sino que goza con la verdad. Estos prestigiosos estudios sociológicos vienen denunciando la injusta distribución de la riqueza y la verdad sobre los niveles de pobreza en España, marcando hitos en el conocimiento de la situación social de España y permitiendo afinar las respuestas y acompañar de manera eficaz a los destinatarios de su acción.

El amor, en Cáritas, todo lo excusa, señalando el pecado de las estructuras y administraciones, pero no al pecador; todo lo cree, creyendo en las personas a las que presta su ayuda, dándoles el voto de confianza que tantas veces la sociedad les niega;  todo lo espera, contagiando esperanza a los destinatarios de su labor y animando a la sociedad a creer que un mundo más justo es posible; y todo lo soporta, afrontando los nuevos retos que la sociedad cambiante nos presenta, sin bajar la guardia sino empujando siempre aunque los datos parezcan ir siempre en contra. 

Y es que, en Cáritas, como en los matrimonios para toda la vida, el amor no pasa nunca, porque Deus caritas est (el amor es Dios). 

El autorAntonio Moreno

Periodista. Licenciado en Ciencias de la Comunicación y Bachiller en Ciencias Religiosas. Trabaja en la Delegación diocesana de Medios de Comunicación de Málaga. Sus numerosos "hilos" en Twitter sobre la fe y la vida cotidiana tienen una gran popularidad.

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