Firmas invitadasEnrique Bayo

África: ayudémonos a nosotros mismos

Es el momento de aumentar la colaboración con los países de África, y la oportunidad para repensar un sistema que exacerba la desigualdad entre y dentro de los países, degrada el medio ambiente y pone en peligro nuestra humanidad. Ayudar a África es ayudarnos a nosotros mismos.

7 de julio de 2020·Tiempo de lectura: 2 minutos

España es uno de los países más afectados por la pandemia de la Covid-19, pero no es el único ni el que más está sufriendo. Un comunicado de la Red de Entidades para el Desarrollo Solidario (REDES), al que se han adherido otras entidades eclesiales, nos invita a salir de nuestro ensimismamiento, levantar la cabeza y descubrir lo que está pasando en África.

El 12 de junio el continente contabilizaba 6.000 fallecidos y 220.000 infectados por COVD. Sanitariamente no está siendo el continente más afectados pero sus consecuencias socio-económicas están siendo devastadoras. A principios de 2020, 7 de las 15 economías de más rápido crecimiento del mundo estaban en África y sin embargo, según el Banco Mundial, el continente podría terminar el año en recesión por primera vez desde los años 90.

La pandemia y sobre todo las medidas tomadas por los propios países para detenerla han debilitado las ya de por sí frágiles economías y ponen en peligro los esfuerzos realizados para reducir la pobreza. Aumenta el desempleo, se encarecen los productos de primera necesidad y sufren los intercambios comerciales en un continente fuertemente dependiente de las exportaciones de materias primas. Por si fuera poco, los sistemas sanitarios confrontados a enfermedades de alta incidencia como la malaria, el VIH o la tuberculosis deben combatir el coronavirus con escasos insumos médicos y artículos de higiene. Todo unido supone aumento de la exclusión social, la indigencia y el hambre.

REDES nos dice que es el momento de aumentar la colaboración con los países de África, es la oportunidad para repensar un sistema que exacerba la desigualdad entre y dentro de los países, degrada el medio ambiente y pone en peligro nuestra sustentabilidad presente y futura como humanidad. Y presentar alternativas inspirándose en el Papa.

La mera asistencia no resolverá nada de manera dudable, hacen falta soluciones creativas, el cese de los conflictos armados, la implantación de un salario universal y la condenación inmediata de la deuda externa de los países africanos altamente endeudados. Esta es una medida perfectamente asumible y justa, porque África ha pagado mil veces a lo largo de su historia cualquier deuda con el resto del mundo.

Todo está interrelacionado, repite Francisco, deshagámonos de la ilusión de poder estar bien mientras África sufre. Ayudar a África es ayudarnos a nosotros mismos.

El autorEnrique Bayo

Director de Mundo Negro

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