Cultura

África Madrid. La aventura de enseñar

África lleva más de 20 años dando clases de Religión. Actualmente es profesora en el IES Rayuela de Móstoles. Da clase a alumnos de todos los cursos de Secundaria y Bachillerato. También es catequista en la parroquia Sagrado Corazón de Alcorcón. Antes de Religión, enseñaba Historia del Arte.

Omnes·12 de junio de 2017·Tiempo de lectura: 3 minutos
Clase de religión en primaria.

“Ser profesora de Religión no estaba en mis planes, aunque siempre había tenido inquietud sobre temas religiosos. En Ciudad Real había estudiado en un colegio de monjas. Me preguntaba por qué estaban tan contentas y enamoradas de Dios. Quería conocer más”, cuenta África. Decidió estudiar Teología, motivada por un amigo cuya mujer daba clases de Religión. “Sin darme cuenta, fui cambiando. Me llamaron para dar clase en el colegio. Empecé a enseñar Religión, y descubrí lo que me hacía feliz.  No tiene que ver con ninguna otra asignatura por la cercanía que tienes con los alumnos, los temas que tratas y las preguntas que te hacen”. 

África considera que enseñando Religión también se aprende Historia del Arte, porque la cultura es connatural en las religiones. Aplica conocimientos de Historia del Arte a la asignatura, además de literatura y otras formas de expresión cultural. “Consultamos fuentes, para conocer a través de expertos más aspectos acerca de los temas tratados. Hay muchas cosas de la fe que se pueden razonar. Solamente les doy herramientas para que reflexionen. Intento transmitirles eso con fuentes objetivas, escuchando, sin cerrar sus mentes”. Y añade: “damos cultura cristiana católica, no catequesis”.

Ante todo, destaca la importancia de la asignatura: “creo que todo profesor de Religión tiene que ser consciente de que esta asignatura es muy importante. A mis alumnos les digo que no se miren el ombligo. La vida no funciona como a uno le apetece”. Además, les recuerda que “todo lo que Jesús decía, lo hacía. Enseñaba a perdonar”.

Durante la entrevista, se percibe la pasión que África siente en su compromiso con la docencia. A pesar de que ha pasado por muchas situaciones difíciles, ella presume de su optimismo, vital para resolver todo tipo de problemas.

Reconoce que “varias personas me han felicitado por lo mucho que sabían. Porque lo que se enseña con cariño se aprende fácilmente. Lo que les emociona verdaderamente es que las cosas de las que les hablo no son cuentos. Hay muchos motivos por los que dar gracias a Dios. Cuando estás contento o triste, Él está contigo. La clave es que transmites algo que te emociona. A mí me preguntan muchas veces por qué estoy tan contenta. Soy una persona muy afortunada. Alguien me ha llegado a decir que nunca se ha alegrado más de entrar en una asignatura como esta, y que si no hiciera estas actividades con estos alumnos, en otros sitios nos las harían”. De hecho, en alguna de las excursiones culturales que han hecho, una guía turística se sorprendió por los conocimientos de los pupilos de África.

Explica que se decidió poner Religión en Bachillerato dos horas a la semana: a primera hora de la mañana y a séptima hora (los que no la estudiaban no tenían clase). Aun así, con la posibilidad de dormir más e irse una hora antes, África ha tenido siempre enormes grupos de Bachillerato. “Les encanta, les apasiona todo lo que viene de Jesús. Piensan en su valentía. Yo quiero que crean que el mundo pueden cambiarlo”. Segura de ella misma, deja claro que nunca ha tenido complejos. “Porque lo que hago es muy importante, porque no lo haces por ti, lo haces por el Señor. Me llena el ver que estás haciendo gente mejor”.

Además, en horario extraescolar hace voluntariado, donde también colabora la inmensa mayoría de sus alumnos, ya sea en comedores sociales, hospitales, etc. Uno de los lugares donde hacen labores solidarias es el comedor social San Simón de Rojas de Móstoles. Una de las experiencias que más le ha impactado es el del encuentro con un antiguo alumno suyo que estaba en la pobreza. Por eso, insta a los suyos a aprovechar las oportunidades que se presentan en la escuela. “Siempre que hacemos una actividad, escriben una reflexión. Les impresiona mucho”.

En febrero tuvo la suerte de conocer al papa Francisco en persona en el Vaticano. “Me ha marcado la vida”, comenta emocionada recordando esta experiencia. Ha sentido su cercanía, ha dicho que le quería y ha agradecido su bendición a su familia y a sus alumnos. Ha sido un incentivo para su ilusión por la vida y por su profesión. Con profesores como África la asignatura de Religión queda muy bien aprendida.

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