En una cultura cuyos líderes buscan a menudo relegar la creencia religiosa al ámbito privado y marginar las expresiones de fe, el enfrentamiento por el campeonato nacional de fútbol universitario entre Notre Dame y Ohio State ha visualizado una historia diferente.
La demostración sin complejos de fe cristiana por parte de ambos equipos (en el campo, en las conferencias de prensa y a través de testimonios personales) ofreció un recordatorio refrescante de que la fe no debe ocultarse sino vivirse con valentía en el espacio público.
Acercarnos a Jesús
“Aunque es genial estar en este podio, hay muchas cosas en la vida que aprecio un poco más”, compartió el mariscal de campo (líder ofensivo del equipo), de Notre Dame, Riley Leonard, durante una conferencia de prensa antes del partido. “Como, en primer lugar, mi relación con Cristo”.
Por su parte, el jugador de Ohio State, TreVeyon Henderson, publicó en X días antes del campeonato: “No tenemos que tener miedo de acercarnos a Jesús, Él sabe lo que hemos hecho y aun así eligió morir por ti y por mí, porque nos ama. Pon tu fe en Jesús y Él te salvará del pecado y te dará vida nueva y eterna. No tengas miedo, sigue a Jesús”
Una verdad que trasciende el fútbol
Estos atletas están utilizando sus plataformas para proclamar una verdad que trasciende el fútbol: que Dios es real, activo y central en sus vidas. Su testimonio es más que un sentimiento personal; es un llamamiento a una sociedad necesitada de esperanza.
Esta manifestación pública de fe es especialmente llamativa si tenemos en cuenta el clima cultural en el que, en los últimos años, las expresiones del cristianismo han sido recibidas con escepticismo o abierta hostilidad.
Durante décadas, hemos visto una tendencia creciente a confinar la fe a la vida personal, como si no tuviera cabida más allá de nuestras iglesias o nuestros hogares. Y, sin embargo, en momentos como éste, se nos recuerda que la fe no es sólo una cuestión de convicciones personales, sino que moldea a individuos e instituciones por igual, han comentado.
Cultura de Notre Dame
Notre Dame, universidad católica, tiene una larga tradición de fomentar el crecimiento espiritual junto con la excelencia atlética. El entrenador Marcus Freeman, quien restableció la tradición de la Misa previa al partido, y habla abiertamente de su propia conversión al catolicismo, entiende que el verdadero liderazgo requiere guiar a los jóvenes para que crezcan en su fe.
“Tengo una fe muy fuerte”, dijo Freeman en una conferencia de prensa antes del campeonato. «Y muchas veces hablamos de que hay que confiar más allá de tener pruebas, confiar más allá de saber, que es otro lema para tener fe. Y no nos da vergüenza hacerlo”.
En la pública Ohio State, también
La Universidad estatal de Ohio, a pesar de ser pública, también ha acogido la fe de una manera notable. El año pasado, liderado en parte por jugadores de fútbol de los Buckeye, el campus fue escenario de docenas de estudiantes bautizados y de muchos otros inspirados a buscar a Cristo. Las historias de compañeros de equipo que se reunieron para estudiar la Biblia y orar antes de los partidos demuestran que la fe está prosperando hoy en lugares donde no se esperaría que lo hiciera.
“Nos fortalecemos en la fe al venir al partido”
En sus comentarios posteriores al juego, Riley Leonard elogió la cultura de fe presente en ambos equipos. “Ohio State y nosotros en Notre Dame somos los dos equipos que más alabamos a Jesucristo”, dijo Leonard. “Creo que nos fortalecemos mutuamente en nuestra fe al venir a este partido y competir entre nosotros. Así que estoy feliz de ver a hombres piadosos triunfar, sin importar las circunstancias».
Este año, el campeonato nacional vivirá como algo más que una celebración la excelencia atlética, señalan varios jugadores. La fe, cuando se vive de manera auténtica y pública, puede cambiar vidas y transformar la cultura. Al final, la conversión de corazones y mentes es la mayor victoria.
Ganó Ohio State, pero Notre Dame se mostró orgulloso
La búsqueda de Notre Dame de un duodécimo título nacional terminó en desilusión con la derrota ante Ohio State en el Mercedes-Benz Stadium en Atlanta. Sin embargo, el entrenador en jefe Marcus Freeman y los capitanes Riley Leonard y Jack Kiser elogiaron la perseverancia y la fe de su equipo. “Es un momento difícil”, dijo Freeman, que añadió sobre el equipo: “Estoy orgulloso de ellos y orgulloso de lo que han hecho”.
Leonard agradeció a Jesucristo y destacó las Escrituras que lo inspiraron, incluyendo Mateo 23, 12 y Proverbios 27,17. Reconoció su decepción, pero agradeció a los entrenadores y jugadores de Notre Dame por ayudar a su trayectoria. Kiser manifestó: “Es la gente la que hace que este lugar sea diferente”.