La XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos contará, por primera vez, con miembros no obispos con derecho a voto. Se trata de 10 miembros de órdenes religiosas (5 mujeres y 5 hombres) y otros 70 no obispos entre los que habrá sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos.
Junto con la incorporación de una nueva figura, los facilitadores, es decir, personas experimentadas cuya tarea consistirá en facilitar los trabajos en los distintos momentos de la Asamblea, constituyen la mayor novedad de la próxima Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos centrada en el tema de la sinodalidad.
La nota publicada por la Santa Sede señala que «la normativa vigente sigue remitiéndose a la Constitución Apostólica Episcopalis Communio con algunas modificaciones y novedades» y remite a la aprobación, hecha por el Papa Francisco de «la extensión participativa en la Asamblea sinodal a los ‘no obispos’ (sacerdotes, diáconos, consagrados y consagradas, laicos y laicas). Esta elección está en continuidad con la progresiva apropiación de la dimensión sinodal constitutiva de la Iglesia y la consiguiente comprensión de las instituciones a través de las cuales se ejerce».
Diez religiosos sustituyen a los «diez clérigos»
Los diez religiosos y religiosas que formarán parte de esta Asamblea sustituyen a los «diez clérigos pertenecientes a Institutos de vida consagrada, elegidos por las respectivas organizaciones que representan a los Superiores generales» que se preveían en anteriores sínodos.
Las religiosas serán elegidas por la Unión Internacional de Superioras Generales y los masculinos por la Unión de Superiores Generales, respectivamente.
Mujeres y jóvenes, elegidos por el Papa
Además, este Sínodo contará con otros 70 nuevos miembros que procederán de las Iglesias locales. Entre ellos se estima que haya presencia de sacerdotes, personas consagradas, diáconos, fieles laicos.
Aunque cada una de las Reuniones Internacionales de las Conferencias Episcopales y la Asamblea de Patriarcas de las Iglesias Orientales Católicas propondrá 20 nombres; los nuevos miembros serán elegidos por el Papa de la lista resultante de 140 personas. De entre ellas, se especifica «que el 50% de ellos sean mujeres y que se valore también la presencia de jóvenes». Tendrán derecho a voto, algo que no tenían antes y se ha pedido que se tenga en cuenta «no sólo su cultura general y prudencia, sino también sus conocimientos, tanto teóricos como prácticos, así como su participación en diversas capacidades en el proceso sinodal».
Por otra parte, indica la Santa Sede, «además de los 70 miembros no obispos mencionados anteriormente, cabe mencionar que también será posible contar con miembros no obispos entre los miembros de nombramiento pontificio».
La última novedad de esta Asamblea se refiere a «los representantes de los Dicasterios» que participarán y que «son los indicados por el Santo Padre».
La nota emanada de la Santa Sede ha recordado además que «todas las elecciones deben ser ratificadas por el Romano Pontífice», es decir, el Papa tiene que aprobar los nombres propuestos, obispos o no, para ser miembros de esta Asamblea.
Algunas conferencias episcopales, como la española, ya han anunciado que han hecho llegar a Roma su propuesta de obispos como padres sinodales.
Los nombres de los elegidos no serán dados a conocer hasta que su elección ha sido confirmada por el Papa.
Participantes sin derecho a voto
La Santa Sede ha recordado que, en la Asamblea «también participan otras personas que no tienen el título de miembro» es decir, «que no tienen derecho a voto».
Entre estos participantes sin derecho a voto se encuentran expertos y, por primera vez, facilitadores, es decir, personas experimentadas cuya tarea consistirá en facilitar los trabajos en los distintos momentos de la Asamblea así como «delegados fraternos, miembros de otras Iglesias y Comunidades Eclesiales», como han apuntado desde el Vaticano.
Un impulso a la especificidad episcopal
Según explica la Santa Sede, esta ampliación de la participación en la Asamblea «refuerza la solidez del proceso en su conjunto, incorporando en la Asamblea la memoria viva de la fase preparatoria, a través de la presencia de algunos de los que fueron sus protagonistas, restituyendo así la imagen de una Iglesia-Pueblo de Dios, fundada en la relación constitutiva entre sacerdocio común y sacerdocio ministerial, y dando visibilidad a la relación de circularidad entre la función profética del Pueblo de Dios y la función de discernimiento de los Pastores».
La entrada de miembros no obispos en la Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos no sólo no diluye sino que «confirma» la especificidad episcopal de la Asamblea (los obispos siguen representando el 75% de los participantes) pero, al mismo tiempo, «no limita su composición».