Hoy ha tenido lugar la presentación de la Jornada de Vocaciones Nativas en la sede de las Obras Misionales Pontificias. José María Calderón, director de OMP España, ha señalado la estrecha relación que existe entre esta jornada y la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, ya que como Iglesia universal hay que rezar por el surgimiento de las vocaciones a nivel nacional y universal. Del mismo modo, ha indicado que existe una tentación de rezar por que “haya misioneros”, pero que, aunque hubiese miles, habría que seguir rezando por que haya vocaciones en el territorio evangelizado. La presentación ha contado también con la participación de Jesús Torres, misionero en África.
Importancia de las vocaciones nativas
“Un misionero no deja de ser un extranjero”, ha señalado el director. “Tienen que surgir vocaciones propias que tomen el relevo de los misioneros para que la Iglesia se constituya con fortaleza (…) Sentir con la Iglesia quiere decir que la realidad de los cristianos en los demás lugares del mundo también me incumbe (…). Es una jornada para crecer en el sentido católico de la Iglesia, de preocupación de unos por otros”.
Jesús Torres, misionero en África
La presentación ha contado con la participación del padre Jesús Torres, sacerdote diocesano y misionero del Instituto Español de Misiones Extranjeras (IEME). Jesús ha vivido 26 años en Mozambique, y ha contado brevemente que desde muy joven supo que su vocación era ser misionero, pero sin dejar de ser sacerdote diocesano.
Tras ejercer durante 14 años como sacerdote rural en la diócesis de Segovia, fue como misionero a Mozambique. “Me encontré una Iglesia que me fascinó. Aquella intuición que yo tenía de lo que debía ser vivir el Evangelio la encontré en África”. Añade: “África me evangelizó (…). Me descubrió esa Iglesia en la que teníamos que caminar juntos”.
Torres llegó a Mozambique en el año 1985. Por aquel entonces, Mozambique contaba con unos 500 años de evangelización, y era una iglesia viva a nivel de comunidades cristianas. Pero, sin embargo, no había vocaciones nativas. Comprendió que esa Iglesia tenía que crecer. La diócesis de Beira, cuando él llegó, tenía solo cuatro sacerdotes mozambiqueños, contando con el obispo. Era un pueblo ya evangelizado, una iglesia de mozambiqueños, pero sin sacerdotes mozambiqueños.
Según narra este misionero, esta situación deriva de la época en que Mozambique era colonia portuguesa, ya que los evangelizadores de entonces consideraban que, siendo Mozambique territorio portugués, siempre podían enviar los sacerdotes que hiciesen falta. Posteriormente, san Pablo VI tuvo una intuición: “África tiene que ser evangelizada por los africanos”. Esto tuvo una importancia muy grande para África en general y produjo un renacimiento en la iglesia mozambiqueña, que comenzó a contar con obispos nativos.
«Los misioneros tenemos que saber retirarnos»
Jesús Torres ha señalado que “la primera evangelización es implantar la Iglesia, y para eso estamos los misioneros”. Pero, una vez implantada, faltaban vocaciones nativas. Se fundaron los primeros seminarios, pero tuvo lugar la revolución de Mozambique, que truncó aquel impulso. Justo cuando llegó al país, el obispo que había en ese momento había tomado la decisión de abrir los seminarios, ya que eran el único camino de crecimiento para la iglesia local. El obispo le pidió que le ayudase como profesor en el seminario de la diócesis de Beira.
Además de su labor pedagógica, se dedicaba a visitar también los poblados más alejados, donde encontró comunidades cristianas vivas, pero, de nuevo, sin sacerdotes propios. A raíz de esta labor, comenzaron a surgir las vocaciones nativas. “Los misioneros tenemos que saber retirarnos y que se implante esa iglesia local”, ha afirmado.
Desde 1993, Jesús fue rector del seminario, puesto que ocupó durante trece años. Indicó al obispo que en cuanto se ordenasen los primeros estudiantes, el puesto de rector tenía que ocuparlo un mozambiqueño.
«A los misioneros nos cuesta confiar»
En 2011 regresó a España para ejercer de sacerdote en su diócesis, aunque ha mantenido el contacto con sus antiguos alumnos de Mozambique. Este año ha visitado esas comunidades donde estuvo de misionero, y donde ejercen ahora sacerdotes mozambiqueños que fueron sus alumnos.
En las tres diócesis que hay en Mozambique hay unos 100 sacerdotes, y la mayoría de las parroquias están dirigidas por sacerdotes nativos. Ha habido, sin duda, un crecimiento, pero afirma, sin embargo, que actualmente se vive un ligero retroceso, porque “a los misioneros nos cuesta confiar que van a poder llevar adelante este crecimiento”.
Comenta que recientemente se han vuelto a nombrar obispos blancos y que dos seminarios están dirigidos por mozambiqueños, pero uno vuelve a estar llevado por extranjeros.
El misionero ha hecho un llamamiento a confiar: “El camino no es que vuelvan los misioneros. (…) Esa es la importancia de esta Jornada de las Vocaciones Nativas. Es el único camino de crecimiento, y ese crecimiento requiere una confianza”.
También ha señalado la importancia de la Obra de san Pedro Apóstol y de los donativos para que las misiones puedan salir adelante.