Hoy miércoles, en la primera Audiencia general de este año, el Papa Francisco ha continuado con su recién iniciado ciclo de catequesis sobre “los vicios y las virtudes”, y en esta ocasión se ha centrado en la lucha espiritual del cristiano, con base en la lectura de Mt 3, 13-15, el bautismo del Señor, cuya fiesta se celebra el próximo domingo.
Esta reflexión “nos ayuda a superar la cultura nihilista en la que los contornos entre el bien y el mal permanecen borrosos”, ha señalado. “La vida espiritual del cristiano no es pacífica, lineal y sin desafíos, sino que, por el contrario, requiere una lucha constante. No es casualidad que la primera unción que todo cristiano recibe en el sacramento del Bautismo –la unción catecumenal– anuncie simbólicamente que la vida es una lucha”.
La unción de los catecúmenos pone inmediatamente de manifiesto que el cristiano en su existencia, como todos los demás, “tendrá que descender a la arena, porque la vida es una sucesión de pruebas y tentaciones”, ha meditado el Pontífice.
Jesús fue tentado
A los peregrinos y fieles de inglesa, les ha recordado asimismo que “Jesús, Él mismo sin pecado, se sometió al bautismo de Juan y fue tentado en el desierto, para enseñarnos la necesidad de un renacimiento espiritual, de la conversión de la mente y del corazón, y de la confianza inquebrantable en la misericordia y la gracia de Dios”.
“Que nuestras reflexiones semanales sobre las virtudes y los vicios nos ayuden a imitar el ejemplo del Señor, a crecer en sabiduría y autocomprensión, y a discernir entre el bien y el mal. A medida que crecemos en el conocimiento y la práctica de las virtudes, experimentemos la alegría de la cercanía a Dios, fuente de todo bien, de la auténtica felicidad y de la plenitud de la vida eterna”, ha manifestado.
Después, de modo expreso, ha dado la bienvenida “a todos los peregrinos de habla inglesa, especialmente a los grupos de Malta y de los Estados Unidos de América. A vosotros y a vuestras familias os deseo la alegría de esta Navidad, encontrando en la oración al Salvador que quiere estar cerca de todos. Dios os bendiga!”.
Mensaje de paz entre amigos y compañeros
En diversos momentos de la Audiencia, en su mensaje a los fieles y peregrinos que llenaban el Aula Pablo VI, Francisco ha recordado a jóvenes italianos “que como María sepan guardar, meditar y seguir al Verbo que se hizo carne en Belén, para difundir así su mensaje de Navidad y de paz, entre sus amigos y compañeros”.
También ha saludado a los sacerdotes de Módena, que conmemoran su 40 aniversario de ordenación, y les ha animado “a perseverar en el camino de la fidelidad al Señor”.
Y ha rogado que “no olvidemos a los pueblos que están en guerra. La guerra es una locura, es una derrota, siempre es una derrota”. Con varias banderas ucranianas en la Audiencia general, el Papa pidió que “recemos por la gente en Palestina. Israel, Ucrania, y por tantos otros lugares donde hay guerra. Y no olvidemos a nuestros hermanos rohingya, que son perseguidos”.
Por último, se dirigió a los jóvenes, a los enfermos, a los ancianos y a los recién casados. “A todos los exhorto a continuar en la adhesión fiel a Jesús, y en el apoyo generoso a la difusión de su Evangelio”.
“No vivir en la luna”
Toda nuestra vida es una lucha, marcada por los contrastes y las tentaciones, que son necesarias para avanzar en el camino de la virtud, pues nos ponen de frente a la realidad de nuestra pequeñez, ha reiterado de diversos modos el Papa en la catequesis.
“Quien considera que ya ha conseguido cierto grado de perfección, que no necesita de conversión, que no necesita confesarse, o que no vale la pena el esfuerzo, vive en la luna, vive en la oscuridad y no distingue el bien del mal. Por el contrario, debemos pedir a Jesús que nos dé la capacidad y la fuerza de confrontarnos con nuestra debilidad, la valentía de abandonarnos a su misericordia y la sensatez de no bajar la guardia en este esfuerzo. El enemigo está al acecho y hay que estar alerta para no dejarse engañar”, ha alentado el Papa.
De modo específico, a los peregrinos de lengua española ha señalado. “Hoy recordamos la fiesta del Santo Nombre de Jesús. Pidamos al Señor luz para mantenernos en el camino del bien y su gracia para perseverar en él, sin temer los desafíos y las pruebas. Que Dios los bendiga y la Virgen santa los cuide”.
Al concluir, antes del Padre nuestro y de dar la Bendición, el Papa Francisco ha rezado y ha invitado a dirigirse de este modo al Señor: “Jesús, no te alejes de mí, soy pecador”.