A finales de junio, el día 24, se celebra el primer aniversario de la revocación de la sentencia Roe v. Wade, señalando así el fin del aborto como un derecho constitucional en Estados Unidos. Esta decisión del Tribunal Supremo supuso un gran avance en la defensa de la vida y, para celebrar la fecha, el obispo Michael F. Burbidge, del Comité de actividades provida, ha enviado un comunicado.
Persistir en la labor
Esta fecha, dice el mensaje, “es un día para la alegría continua y la gratitud; un día para recordar a los innumerables trabajadores fieles que se han dedicado a la oración, la acción, el testimonio y el servicio en apoyo a la causa de la vida; y un día para dar gracias a Dios por su infinita fidelidad”.
Sin embargo, este paso que se dio en 2022 es solo el comienzo. Todavía hay estados en los que la defensa del aborto sigue vigente o incluso se ha blindado legalmente con más instrumentos. Por eso, la Conferencia episcopal afirma que persiste “con confianza en nuestros esfuerzos por defender la vida”.
Leyes y corazones
El esfuerzo que queda por hacer no se reduce al campo político y legislativo. “El trabajo que tenemos por delante sigue siendo no solo cambiar las leyes, sino también ayudar a cambiar los corazones, con fe firme en el poder de Dios para hacerlo”.
Esta tarea tiene sus raíces en “el conocimiento de la verdad y en la valentía para contarla y vivirla con compasión”. Esta compasión es esencial, tal como señala monseñor Burbidge, ya que “cada uno de nosotros está llamado a una solidaridad radical con las mujeres que se enfrentan a un embarazo inesperado o difícil”.
La solidaridad, indica el comunicado, pasa por “hacer todo lo posible para proporcionarles el apoyo y la atención que necesitan para dar la bienvenida a sus hijos”. Por ello, los obispos agradecen los esfuerzos y las iniciativas de “millones de católicos que viven la llamada del Evangelio a través de las parroquias y comunidades”.
Respeto a la vida y responsabilidad
El comunicado anima a “todas las personas de fe y buena voluntad” a trabajar unidas “para proclamar que la vida humana es un don precioso de Dios; que cada persona que recibe este don tiene responsabilidades hacia Dios, hacia sí misma y hacia los demás”.
Por otro lado, recuerda que “la sociedad, a través de sus leyes e instituciones sociales, debe proteger y cuidar al ser humano en todas las etapas de su vida”.