Una soleada y calurosa Roma ha acogido el rezo del Ángelus del Papa Francisco desde el balcón de las dependencias papales junto a cientos de peregrinos que, a pesar de las altas temperaturas, han querido acompañar al pontífice en el tradicional rezo mariano.
Tras la oración a Nuestra Señora, el Papa ha fijado su mirada en el Líbano, recordando, en primer lugar la reciente beatificación del patriarca Stefano Douayhy, patriarca de Antioquía de los maronitas, que, como ha destacado el Papa: “fue testigo de esperanza en una época difícil”.
El pontífice ha manifestado su cercanía y oración por el pueblo libanés que, hoy, sufre igualmente momentos complicados y violentos. Ha dirigido su oración por las familias de las víctimas de la explosión que, hace hoy justo 4 años, tuvo lugar en el puerto de Beirut en la que murieron 217 personas y mas de 7.000 resultaron heridas.
No sofoquen la palabra de paz de Dios
El Papa Francisco ha manifestado su preocupación por la violencia incesante que vive Oriente Medio y ha orado para que el conflicto “no se extienda aun más”. Además de
las poblaciones de Israel, Palestina y Líbano –con mención a la comunidad drusa presente en estas zonas-, el Papa no se ha olvidado de Myanmar y ha lanzado un fuerte llamamiento a detener las guerras. “¡Basta! ¡No sofoquen la palabra de paz de Dios! La guerra es un fracaso”, ha destacado con fuerza el pontífice.
También Venezuela ha estado presente en esta oración. Refiriéndose a los difíciles momentos del país latinoamericano, el Papa ha dirigido un llamamiento para que “todos busquen la verdad y eviten la violencia en la población, por el bien de la población y no por intereses partidistas”.
Por último, ha querido recordar a los afectados por las últimas lluvias torrenciales en la India, en especial, en el estado de Kerala.
Antes de despedirse, el Papa ha querido destacar la fiesta del Santo Cura de Ars que la Iglesia celebra el 4 de agosto y ha agradecido a tantos párrocos “ que con celo y generosidad, a veces con mucho sufrimiento, gastan la vida por Dios y sus pueblos” y ha pedido a los fieles un aplauso para los párrocos antes de desearles un buen almuerzo y un buen domingo.