Es el Papa, en primera persona y en primer plano, quien plantea la pregunta directa: ¿Qué significa poner a los más vulnerables en el centro? Con esta pregunta se abre el vídeo publicado dentro de la campaña de comunicación promovida por la Sección de Migrantes y Refugiados. Esta sección perteneciente al Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral de la Santa Sede, lo ha hecho público con motivo de la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, prevista para el domingo 25 de septiembre de 2022.
En ella, el Papa exhorta a construir un futuro inclusivo, un futuro para todos en el que nadie debe quedar excluido, especialmente los más vulnerables, como los migrantes, los refugiados, los desplazados y las víctimas de la trata.
El Santo Padre anima a escuchar los testimonios de los directamente afectados, como el de la joven migrante venezolana, Ana, que gracias a la ayuda de la Iglesia ha reconstruido una nueva vida en Ecuador junto a su familia.
La invitación del Papa Francisco se dirige a todos. Por ello, es posible responder a la pregunta «¿Qué significa poner a los más vulnerables en el centro?» con un vídeo o una foto, escribiendo a [email protected] o interactuando en las redes sociales de la Sección de Migrantes y Refugiados.
La Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
«Durante el período previo a la 108ª Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado, la Sección de Migrantes y Refugiados», señala la nota de prensa, «estará encantada de recibir testimonios escritos o multimedia y fotografías de las Iglesias locales y otros actores católicos que presenten su compromiso común con la atención pastoral a los migrantes y refugiados».
La Iglesia celebra el Día Mundial del Migrante y del Refugiado desde 1914. Es una oportunidad para mostrar la preocupación por las diferentes categorías de personas vulnerables que se desplazan, para rezar por ellas, ya que se enfrentan a muchos desafíos, y para sensibilizar sobre las oportunidades que ofrece la migración. Cada año, el GMMR se celebra el último domingo de septiembre; en 2022, se celebrará el 25 de septiembre. El título elegido por el Santo Padre para su mensaje anual es «Construir el futuro con los migrantes y los refugiados«.
El pasado 20 de mayo, en un mensaje a la Comisión Católica Internacional de Migraciones, Francisco instó a la Iglesia a «servir a todos». Además anima a «trabajar incansablemente por la construcción de un futuro de paz», especialmente para los que huyen, que deben ser acogidos, protegidos y amados.
Destacó los esfuerzos realizados en los últimos 70 años y, en particular, «para ayudar a las Iglesias a responder a los desafíos del desplazamiento masivo causado por el conflicto en Ucrania».
«Este es», señaló el Papa, «el mayor movimiento de refugiados que se ha producido en Europa desde la Segunda Guerra Mundial».
El texto del mensaje también menciona a «los millones de solicitantes de asilo, refugiados y desplazados en otras partes del mundo, que necesitan desesperadamente ser acogidos, protegidos y amados».
Esta emergencia coloca a la Iglesia en una posición de servicio y escucha, pero también para comprometerse a «trabajar incansablemente en la construcción de un futuro de paz».
El Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral
De ahí la indicación de algunas directrices como la importancia del compromiso común de «acoger, proteger, promover e integrar a los migrantes y refugiados». Francisco también recordó que la Comisión, en la constitución apostólica Praedicate Evangelium, se sitúa dentro de las competencias del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, «para que su naturaleza y misión sean salvaguardadas de acuerdo con sus principios originales».
Otra indicación relevante es la de fomentar el desarrollo y la puesta en marcha de proyectos pastorales sobre migraciones. A esta se une la formación especializada de los agentes pastorales en el ámbito de las migraciones, «siempre al servicio de las Iglesias particulares y según sus propias competencias».
Una tarea que el Papa definió como «ad intra». Hacia fuera, «ad extra», la Comisión debe ofrecer programas específicos capaces de responder a los desafíos globales, realizando también actividades de promoción.
Por último, se apuesta por «una amplia sensibilización internacional sobre las cuestiones migratorias, para favorecer el respeto de los derechos humanos y la promoción de la dignidad de las personas según las orientaciones de la doctrina social de la Iglesia».