Vaticano

«Recibir a Dios, dar testimonio y atender a los que sufren»

El Papa Francisco, en su Mensaje para la Cuaresma 2021, nos anima a vivir este "tiempo de conversión y oración" apoyados en la fe, la esperanza y la caridad.

Giovanni Tridente·18 de febrero de 2021·Tiempo de lectura: 3 minutos
cuaresma 2021

Recibir a Dios en nuestras vidas, dar testimonio del «tiempo nuevo» en Jesucristo y atender a los que sufren y que están abandonados. El Mensaje del Papa Francisco para la Cuaresma de este año, que comienza el próximo miércoles 17 de febrero, se estructura en torno a estos tres verbos «operativos», estas tres tareas.

El punto de partida lo da el pasaje evangélico de Mateo 20,18, «Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…», cuando Jesús separa a los discípulos de la multitud y les anuncia la fase final de su vida terrenal, confiándoles también la herencia de la misión. Una subida a Jerusalén que se convierta en una verdadera y propia peregrinación a la casa del Padre, y una invitación a imitar la abnegación y el amor infinito, además de gratuito, del propio Jesús.

Obediencia desinteresada

También nosotros, sus seguidores, estamos llamados a realizar este camino que debe acercarnos al ejemplo definitivo de Cristo para toda la humanidad, aprendiendo la lección que dio en la Cruz: una fe obediente, un amor desinteresado y la esperanza en la Resurrección.

No es casualidad que la reflexión del Papa Francisco trate de aplicar estas tres virtudes teologales de la fe, la esperanza y la caridad en la experiencia actual de la humanidad, llamada a afrontar los trágicos efectos de la pandemia. En este tiempo, por tanto, estamos llamados a vivir en profundidad la experiencia del Calvario, con el deseo de esperar la Resurrección y, por tanto, la verdadera libertad de toda atadura que sujeta nuestra vida.

En este tiempo de Cuaresma, acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo significa ante todo dejarse alcanzar por la Palabra de Dios

Papa FranciscoMensaje para la Cuaresma 2021

Un periodo de conversión, que la Cuaresma ayuda a realizar a través de tres acciones concretas: el ayuno, como «vía de la pobreza y de la privación», la limosna, a través de «la mirada y los gestos de amor hacia el hombre herido» y la oración, que es «el diálogo filial con el Padre».

Acogida de la fe

Ayunar en la pobreza y la privación significa fundamentalmente -explica el Papa Francisco- aprender a escuchar la voz de Dios que nos llega a través de su Palabra, redescubriendo que somos «criaturas que, a su imagen y semejanza, encuentran en Él su cumplimiento». Se trata esencialmente de un camino de fe, que en la Cuaresma debe realizarse como un «tiempo para creer», una vez despejado el campo de lo superfluo, y así «acoger y vivir la Verdad que se manifestó en Cristo».

El camino de la esperanza

Ante las preocupaciones que vive el mundo, ante las incertidumbres y la fragilidad, la llamada a la esperanza se hace más fuerte, y esta esperanza se manifiesta siempre en Dios, aunque sólo sea mirando la paciencia con la que todavía «sigue velando por su Creación».

Al recibir el perdón, en el Sacramento que está en el corazón de nuestro proceso de conversión, también nosotros nos convertimos en difusores del perdón

Papa FranciscoMensaje para la Cuaresma 2021

Y la esperanza se convierte en camino -es decir, nos hace progresar también en la vida de fe- cuando nos hacemos capaces de pedir perdón y nos convertimos a su vez en difusores del perdón, aprendiendo a consolar a los heridos. La actitud de la oración -sostiene el Papa- nos sirve también aquí para iluminar los desafíos que nos esperan y para dar testimonio de un Dios que «hace nuevas todas las cosas».

El cuidado de la caridad

Por último, la caridad, que «se alegra de ver que el otro crece», y al salir de nosotros mismos nos abre al compartir y a la comunión. Obviamente es un don que hay que pedir, pero una vez aceptado puede dar realmente sentido a nuestra vida, haciendo que consideremos a los que nos rodean como amigos, hermanos y, en última instancia, miembros de nuestra propia familia. La caridad así entendida es generadora, porque mientras nosotros mismos damos confianza a los demás, les hacemos sentir que Dios les ama como hijos.

«Mirad, estamos subiendo a Jerusalén…»: en esta peregrinación que nos abre a la oración, nos estimula a compartir y nos lleva a una verdadera conversión del corazón, se marca cada etapa de nuestra vida, un tiempo propicio «para creer, esperar y amar».

Nuestro tiempo, la hora de la historia. Esta Cuaresma 2021.

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