Vaticano

La tarea de la Secretaría de Estado: una «voz clara» para la unidad

La Secretaría de Estado de la Santa Sede despliega un aparato de estructuras para garantizar la unidad a través de las relaciones diplomáticas con los Estados.

Giovanni Tridente·12 de abril de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos
secretaría de estado

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128 nunciaturas apostólicas para los 174 países que tienen relaciones diplomáticas con la Santa Sede, 12 delegaciones apostólicas ante las Iglesias locales y 17 organizaciones internacionales. Se trata de las estructuras de enlace entre la Secretaría de Estado de la Santa Sede y las Iglesias dispersas en todas las zonas del mundo, que constituyen lo que se denomina «diplomacia pontificia», para el desarrollo de las relaciones de amistad entre la Sede Apostólica y los diversos Estados al servicio del bien común.

Así se desprende de un reportaje publicado ayer en L’Osservatore Romano, que para la ocasión también publicó una entrevista con el Secretario de Estado de la Santa Sede, el card. Pietro Parolin.

La unidad de la familia humana

En la situación actual, aún más compleja por la pandemia, «es más necesaria que nunca una voz clara que anime a las naciones a no olvidar los errores y los horrores de los conflictos pasados y también los que, por desgracia, están en curso» – explicó Parolin. Por eso es fundamental hacerse eco del magisterio del Papa Francisco, que no pierde ocasión de recordar la unidad de la familia humana, «y en consecuencia sobre la necesidad de que la comunidad internacional afronte los desafíos de forma concertada y multilateral».

El organismo vaticano que colabora estrechamente con la misión del Sumo Pontífice se divide actualmente en tres Secciones: Asuntos Generales (correspondencia, documentos pontificios, traducciones, organización de viajes apostólicos); Relaciones con los Estados (relaciones diplomáticas con los Estados y otros sujetos de derecho internacional para promover la concordia, la libertad religiosa y la paz entre los pueblos; y la última creada por el Papa Francisco en 2017, denominada para el Personal Diplomático de la Santa Sede, dirigida a quienes trabajan en el servicio diplomático en las 128 representaciones pontificias.

Tres secciones

La primera Sección está dirigida por un sustituto (el arzobispo venezolano Edgar Peña Parra) y un asesor (el italiano monseñor Luigi Roberto Cona). La segunda sección está dirigida en cambio por el secretario (el arzobispo inglés Paul Richard Gallagher) y por dos subsecretarios, el sacerdote polaco Mirosław Stanisław Wachowsk (sector bilateral) y, desde el 15 de enero de este año, la laica italiana Francesca Di Giovanni (sector bilateral), la primera mujer que asume una función directiva en la Secretaría de Estado. Por último, la tercera sección, encabezada por un secretario para las representaciones pontificias (el arzobispo polaco Jan Romeo Pawłowski) y un subsecretario (el sacerdote colombiano Mauricio Rueda Beltz).

Un testimonio elocuente

Al igual que sus dirigentes, el personal de servicio también está formado por personas de diversas nacionalidades y procedencias, sumando más de 100 laicos, la mitad de los cuales son mujeres empleadas en diversas tareas. «El hecho de que personas con historias, culturas y sensibilidades diferentes puedan trabajar juntas constituye un testimonio elocuente de la posibilidad de construir relaciones fraternas y pacíficas entre todos los pueblos», dijo el Card. Parolin.

Por lo que respecta a los gastos ordinarios y extraordinarios de apoyo a toda la red internacional sobre la que se apoya la diplomacia pontificia, en 2020 ascendieron a un total de 23,8 millones de euros, con una reducción prevista de unos 4 millones de euros respecto al año anterior.

Hablando de estos aspectos, como se recordará, a principios de este año se transfirió a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) toda la gestión de las inversiones financieras y de los bienes inmuebles propiedad de la Secretaría de Estado, incluido el Obolo di San Pietro, en aplicación de un motu proprio específico del Papa Francisco.

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