Por deseo e impulso del Santo Padre, mañana, solemnidad de San José, dará inicio el Año Especial «Familia Amoris laetitia», con ocasión del quinto aniversario de la publicación de la encíclica.
El anuncio sobre la familia
En la rueda de prensa de presentación llevado a cabo desde la Sala Stampa de la Santa Sede vía streaming, el cardenal Prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, Kevin Farrell, ha expresado que «la persistente situación de pandemia internacional nos preocupa y angustia a todos, pero esto no debe paralizarnos. Por el contrario, en este momento concreto de desconcierto, los cristianos estamos llamados a ser testigos de la esperanza. De hecho, forma parte de la misión de la Iglesia proclamar constantemente la buena nueva del Evangelio. Cabe señalar que la Exhortación Apostólica Amoris Laetitia se abre con estas mismas palabras: «El anuncio cristiano sobre la familia es una verdadera buena noticia» (AL 1)».
«Por eso», ha continuado, «es más oportuno que nunca dedicar todo un año pastoral a la familia cristiana, porque presentar al mundo el proyecto de Dios sobre la familia es fuente de alegría y esperanza; ¡es una verdadera buena noticia!»
Tres aspectos de renovación
Ha afirmado que ha sido el Santo Padre quien ha decidido convocar este Año especial sobre la familia, que comenzará mañana, 19 de marzo, en la solemnidad de San José y en el quinto aniversario de la publicación de Amoris Laetitia. Ambos aniversarios significativos.
El cardenal Farrell ha querido subrayar tres aspectos de la renovación pastoral a la que nos exhorta el Papa Francisco: El primero es la necesidad de una mayor colaboración; el segundo un cambio de mentalidad; y el tercero, la formación de los propios formadores.
«Comenzamos, pues,» ha concluido el prefecto del Dicasterio, «este Año buscando tener hacia las familias la actitud de paternidad que aprendemos de san José, una paternidad compuesta de acogida, fortaleza, obediencia y trabajo. Al mismo tiempo, tratemos de ser cada vez más una Iglesia «madre» para las familias, tierna y atenta a sus necesidades, capaz de escuchar, pero también valiente y siempre firme en el Espíritu Santo».
Nuevo impulso a la pastoral familiar
La intervención de la profesora Gabriella Gambino, subsecretaria del Dicasterio, se ha centrado más en cuestiones concretas de la pastoral de la familia. «Este año», ha dicho, «es una ocasión para dar un impulso a la pastoral familiar, tratando de renovar las modalidades, las estrategias y tal vez incluso algunos objetivos de la planificación pastoral: ya no una pastoral de los fracasos, dice el Santo Padre en Amoris Laetitia, sino una pastoral que sepa revalorizar la belleza del sacramento del matrimonio y de las familias cristianas».
Revalorizar la encíclica
La profesora Gambino ha animado a releer Amoris laetitia para redescubrir el valor total del documento y de la pastoral familiar, y no regir el acompañamiento matrimonial y familiar por el mero criterio del «se puede o no se puede».
«El Papa ha explicado repetidamente que si se lee Amoris Laetitia exclusivamente con el criterio de «se puede hacer o no se puede hacer» se va por mal camino y no se capta su verdadera finalidad. Lamentablemente, en los últimos años la reflexión y el debate se han centrado sólo en una parte del documento. En este Año, por tanto, hay que leer Amoris Laetitia como un «todo» y hay que dar más valor a todos los aspectos espirituales y pastorales que contiene el documento, a los que quizá se ha dado poca importancia y que son luego los que más interesan a la gran mayoría de las familias».
Proyectos transversales
Gambino ha recordado que el propio Dicasterio ha propuesto doce recorridos para renovar la pastoral familiar: «El criterio: hacer transversales los proyectos pastorales, para que no haya más compartimentos estancos. El acompañamiento de los niños, de los jóvenes, de los novios y de los ancianos debe hacerse a la luz de una visión integral y unificada de la planificación pastoral, que puede ser fuente de gran creatividad. Poner en diálogo a los agentes de pastoral de las distintas áreas, actuando con espíritu sinodal, es importante para dar continuidad y gradualidad al camino de crecimiento en la fe de los laicos».
Un reto para la Iglesia
Según la subsecretaria del Dicasterio, «debemos reconocer que muchas estructuras eclesiásticas, quizá sin ser plenamente conscientes de ello, están más bien orientadas a los mayores o a los solteros. Se trata, pues, de un gran reto para la Iglesia. Todos los agentes de pastoral, por tanto, deberían tener más en cuenta a las familias, salir a su encuentro, encontrar nuevas formas, nuevos tiempos y nuevos espacios para establecer un diálogo con ellas y atenderlas».
Ha asegurado que el Dicasterio participará con diligencia en la difusión de algunos instrumentos pastorales para las familias, las parroquias y las diócesis, con el fin de ayudar y apoyar el trabajo, a veces muy laborioso, de las Iglesias locales.