El Papa Francisco ha centrado la catequesis de hoy en una forma de oración: la meditación. «Para un cristiano “meditar” es buscar una síntesis», afirma el Papa. «Significa ponerse delante de la gran página de la Revelación para intentar hacerla nuestra, asumiéndola completamente. Y el cristiano, después de haber acogido la Palabra de Dios, no la tiene cerrada dentro de sí, porque esa Palabra debe encontrarse con «otro libro», que el Catecismo llama «el de la vida» (cfr Catecismo de la Iglesia Católica, 2706). Es lo que intentamos hacer cada vez que meditamos la Palabra».
Una práctica difundida
Francisco ha reflexionado sobre la práctica general de la meditación, muy difundida en nuestros días entre personas también de otras religiones, incluso entre personas que no tienen una visión religiosa de la vida. «Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos». «Sobre todo», continúa el Pontífice, «en el voraz mundo occidental se busca la meditación porque esta representa un alto terraplén contra el estrés cotidiano y el vacío que se esparce por todos lados».
Todos necesitamos meditar, reflexionar, reencontrarnos a nosotros mismos.
Papa FranciscoAudiencia general, 28 de abril de 2021
«Ahí está, por tanto, la imagen de jóvenes y adultos sentados en recogimiento, en silencio, con los ojos medio cerrados… ¿Qué hacen estas personas? Meditan. Es un fenómeno que hay que mirar con buenos ojos: de hecho nosotros no estamos hechos para correr en continuación, poseemos una vida interior que no puede ser siempre pisoteada. Meditar es por tanto una necesidad de todos».
Jesucristo es la puerta de la oración
«Pero nos damos cuenta que esta palabra, una vez acogida en un contexto cristiano, asume una especificidad que no debe ser cancelada. La gran puerta a través de la cual pasa la oración de un bautizado – lo recordamos una vez más – es Jesucristo. También la práctica de la meditación sigue este sendero. El cristiano, cuando reza, no aspira a la plena transparencia de sí, no se pone en búsqueda del núcleo más profundo de su yo; la oración del cristiano es sobre todo encuentro con el Otro con la O mayúscula. Si una experiencia de oración nos dona la paz interior, o el dominio de nosotros mismos, o la lucidez sobre el camino que emprender, estos resultados son, por así decir, efectos colaterales de la gracia de la oración cristiana que es el encuentro con Jesús».
Si una experiencia de oración nos dona la paz interior, es resultado de la gracia de la oración cristiana que es el encuentro con Jesús.
Papa FranciscoAudiencia general, 28 de abril de 2021
El término “meditación” a lo largo de la historia ha tenido significados diferentes. El Papa afirma que «también dentro del cristianismo se refiere a experiencias espirituales diferentes. Sin embargo, se pueden trazar algunas líneas comunes, y en esto nos ayuda también el Catecismo, que dice así: «Los métodos de meditación son tan diversos como diversos son los maestros espirituales. […] Pero un método no es más que un guía; lo importante es avanzar, con el Espíritu Santo, por el único camino de la oración: Cristo Jesús» (n. 2707)».
Formas de meditación
El Papa consideró la variedad de formas de meditar. Son muchos los métodos de meditación cristiana: algunos muy sobrios, otros más articulados; algunos acentúan la dimensión intelectual de la persona, otros más bien la afectiva y emotiva. «Todos son importantes y dignos de ser practicados, en cuanto que pueden ayudar a la experiencia de la fe a convertirse en un acto total de la persona: no reza solo la mente del hombre, como no reza solo el sentimiento. En la antigüedad se solía decir que el órgano de la oración es el corazón, y así explicaban que es todo el hombre, a partir de su centro, que entra en relación con Dios, y no solamente algunas facultades suyas».
El método es un camino, no una meta
Francisco quiso recordar y animarnos a no olvidar «que el método es un camino, no una meta: cualquier método de oración, si quiere ser cristiano, forma parte de esa sequela Christi que es la esencia de nuestra fe. El Catecismo precisa: «La meditación hace intervenir al pensamiento, la imaginación, la emoción y el deseo. Esta movilización es necesaria para profundizar en las convicciones de fe, suscitar la conversión del corazón y fortalecer la voluntad de seguir a Cristo. La oración cristiana se aplica preferentemente a meditar “los misterios de Cristo”» (n. 2708)».
La gracia de la oración cristiana
«Esta es por tanto la gracia de la oración cristiana», afirmó el Papa: «Cristo no está lejos, sino que está siempre en relación con nosotros. No hay aspecto de su persona divino-humana que no pueda convertirse para nosotros en lugar de salvación y de felicidad. Cada momento de la vida terrena de Jesús, a través de la gracia de la oración, se puede convertir para nosotros en contemporáneo. Gracias al Espíritu Santo, también nosotros estamos presentes en el río Jordán, cuando Jesús se sumerge en él para recibir el bautismo. También nosotros somos comensales de las bodas de Caná, cuando Jesús dona el vino más bueno para la felicidad de los esposos».
Cristo no está lejos, sino que está siempre en relación con nosotros.
Papa FranciscoAudiencia general, 28 de abril de 2021
En conclusión, el Santo Padre empatizó con nuestra situación personal: «También nosotros asistimos asombrados a los millones de sanaciones realizadas por el Maestro. Y en la oración somos el leproso purificado, el ciego Bartimeo que recupera la vista, Lázaro que sale del sepulcro… No hay página del Evangelio en la que no haya lugar para nosotros. Meditar, para nosotros cristianos, es una forma de encontrar a Jesús. Y así, solo así, reencontrarnos con nosotros mismos».