Vaticano

El Papa alerta a no permitir el maltrato, explotación y abuso de niños

En la Audiencia de esta mañana, todavía en tiempo de Navidad, el Papa Francisco ha urgido a recibir y a tratar a los niños como un regalo de Dios, a no permitir nunca que los niños sean maltratados, heridos o abandonados, y a prevenir y condenar con firmeza cualquier abuso que puedan sufrir los menores.  

Francisco Otamendi·8 de enero de 2025·Tiempo de lectura: 3 minutos
FotoAudienciaPapaCircoAfrica8enero

El Papa Francisco observa a los miembros de CircAfrica en la Audiencia del 8 de enero de 2025. (CNS photo/Lola Gomez)

Con un espectáculo de circo africano, que ha hecho sonreir al Papa y a los fieles congregados en el Aula Pablo VI, el Papa ha dedicado la catequesis de hoy -y lo hará también el próximo miércoles-, a los niños, recordando que “ocupan un lugar especial en el corazón de Dios”, y “cualquiera que haga daño a un niño tendrá que rendir cuentas ante Él”.

En un ambiente festivo por la alegría de la Navidad, y la venida del Salvador, al que los Magos adoraron, y por el Jubileo que acaba de comenzar, un año de gracia y de renovación interior, como ha recordado en lengua francesa, inglesa o china, el mensaje del Pontífice ha reflejado la dureza de la situación de los niños en el mundo.

Inteligencia artificial, pero niños abusados y heridos

“Hoy sabemos proyectarnos hacia Marte o hacia los mundos virtuales, pero nos cuesta ver en los ojos de un niño que ha sido dejado al margen y que es explotado y abusado. El siglo que crea inteligencia artificial y proyecta existencias multiplanetarias no tiene en cuenta aún la llaga de la infancia humillada, explotada, herida mortalmente”, ha comenzado el Papa su catequesis.

El Santo Padre ha hecho notar que “la palabra que más aparece en el Antiguo Testamento, luego del nombre divino Jahweh (más de seis mil ochocientas veces), es el vocablo ben, “hijo”: casi cinco mil veces. ‘Los hijos (ben) son un regalo del Señor, el fruto del vientre es una recompensa (Sal 127,3)’. Y “lamentablemente, este regalo no siempre es tratado con respeto”.

Prevenir y condenar con firmeza la violencia

«Hermanos y hermanas, los discípulos de Jesucristo nunca deben permitir que se descuide o abuse de los niños, que se les prive de sus derechos o que no se les ame ni proteja”, ha señalado el Papa.

Los cristianos tenemos el deber de “prevenir diligentemente y condenar firmemente la violencia o el abuso de menores”. Incluso hoy en día, en particular, hay demasiados niños obligados a trabajar. Pero un niño que no sonríe y no sueña no podrá conocer ni dejar florecer sus talentos, ha continuado. 

“Un lugar especial en el corazón de Dios”

En todas partes de la tierra hay niños explotados por una economía que no respeta la vida, ha asegurado. Una economía que, al hacerlo, quema nuestro mayor depósito de esperanza y amor. “Pero los niños ocupan un lugar especial en el corazón de Dios, cualquiera que haga daño a un niño tendrá que rendir cuentas ante Él”, ha manifestado.

“Quisiera destacar especialmente el flagelo del trabajo infantil, que borra las sonrisas y los sueños de los niños, e impide que desarrollen sus talentos”.

El Papa ha señalado que “la tormenta de violencia de Herodes estalla inmediatamente también sobre Jesús recién nacido, que masacra a los niños de Belén. Un drama oscuro que se repite de otras formas en la historia”, y ha recordado las palabras de Jesús: «Si no os convertís y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos» (Mt 18,3)”.

Llamamiento de san Juan Pablo II: proteger la vida

En su saludo a los peregrinos polacos, el Papa Francisco ha recordado la llamada de “san Juan Pablo II a construir la civilización del amor y de la vida. Continuad asumiendo esta llamada de la Iglesia como tarea prioritaria. Proteged la vida con amor, en todas las etapas de su desarrollo: desde la concepción hasta la muerte natural. Educad a vuestros hijos en la sabiduría y la gracia. Os bendigo de corazón”.

Antes de dar la Bendición, el Pontífice ha alentado, como hace siempre, a rezar por la paz en la martirizada Ucrania, Israel, y en todos los lugares en guerra, subrayando que la guerra es siempre una derrota.

El autorFrancisco Otamendi

Newsletter La Brújula Déjanos tu mail y recibe todas las semanas la actualidad curada con una mirada católica