En la Audiencia de esta mañana, el Papa ha continuado con el ciclo de catequesis sobre el celo apostólico. Ha comenzado con una cita del libro de Isaías: “Por los trabajos de su alma (mi Siervo) verá la luz, el justo se saciará de conocimiento. Mi siervo justificará a muchos, porque cargó con los crímenes de ellos. Le daré una multitud como parte, y tendrá como despojo una muchedumbre. Porque expuso su vida a la muerte y fue contado entre los pecadores, él tomó el pecado de muchos e intercedió por los pecadores” (Is 53, 11-12).
En las catequesis anteriores el Santo Padre habló de san Pablo y los mártires, y en este caso se ha centrado en el monacato, señalando que estos hermanos “renuncian a sí mismos y al mundo para imitar a Jesús en el camino de la pobreza, castidad y obediencia”.
¿Cómo se puede proclamar el Evangelio desde un monasterio?
El Papa ha indicado que nos puede surgir la pregunta de cómo se puede participar en proclamar el Evangelio desde los monasterios, e incluso que podemos llegar a pensar que sería mejor que estos hermanos emplearan sus energías en la misión activa. “Y, sin embargo, son el corazón palpitante del anuncio. Su oración es oxígeno para todos los miembros del Cuerpo de Cristo. Es la fuerza invisible que sostiene la misión. No es casualidad que la patrona de las misiones sea una monja”.
Santa Teresita de Jesús, patrona de las misiones
A continuación, el Papa ha hablado brevemente de Santa Teresita del Niño Jesús, y de cómo esta se dio cuenta de que lo que hace actuar a los miembros de la Iglesia es el amor, que encierra en sí todas las vocaciones. El Papa ha citado unas palabras de la santa y de cómo encontró su lugar en la Iglesia: “Mi vocación es el amor”.
San Gregorio de Narek
El Santo Padre ha destacado el poder de la oración de intercesión, que es la que sostiene la Iglesia. Para ejemplificarlo, ha usado la figura de san Gregorio de Narek, monje armenio que vivió en torno al año 1000 y que pasó la mayor parte de su vida en el monasterio de Narek. De san Gregorio de Narek, doctor de la Iglesia, conservamos un libro de oración y poesía que influyó enormemente en la literatura y espiritualidad armenia.
El pueblo armenio, aferrado a la Cruz de Cristo
El Papa ha indicado que el pueblo armenio ha estado “aferrado a la Cruz de Cristo a lo largo de la historia”, destacando la profunda tradición cristiana del pueblo armenio, el primero en abrazar el Evangelio. También ha señalado que san Gregorio de Narek nos enseña la “solidaridad universal”, ya que el que intercede carga con los sufrimientos y pecados de los hermanos, como indicaba la cita de Isaías que ha dado inicio a la audiencia.
El Papa ha comentado que los consagrados “son como una antena que recoge todo lo que sucede en el mundo y rezan. Son los grandes evangelizadores (…). Lo que anima la vida de estos consagrados es el amor. Su celo apostólico nos enseña a pedir misericordia para el mundo rezando por los que no rezan y no conocen a Dios”.
Llamada a la oración a todos los cristianos
El Papa ha animado a participar en esta responsabilidad cristiana de cooperar con la misión de la Iglesia de proclamar el Evangelio mediante la oración de intercesión. “Pidamos la gracia de sentirnos necesitados de Dios y aprender a orar intercediendo por todos. Que Jesús los bendiga y la Virgen Santa los cuide”, ha concluido, en el resumen de la catequesis en español. En los saludos también ha pedido que se continúe rezando por Ucrania.