La nota de los obispos sobre la ordenación académica de la clase de Religión Católica se ha hecho pública una vez que la mayoría de las Comunidades Autónomas han publicado sus decretos, definiendo la consideración del área/materia de Religión Católica y su horario en el desarrollo de la LOMLOE (Ley Orgánica de Modificación de la LOE).
Respecto a lo regulado en la ley por el Ministerio de Educación y Formación Profesional, la Comisión episcopal manifestó ya que “nos hubiera gustado que la propuesta de la Conferencia Episcopal realizó al Ministerio de Educación en julio de 2020 hubiera encontrado acogida en los planteamientos legislativos y que se hubiese logrado un mejor acomodo de la clase de Religión en el sistema educativo”, porque “el texto finalmente aprobado (…) no es del todo satisfactorio para nosotros” (4 de noviembre 2021).
En lo referente al horario para el área/materia de Religión Católica, definido en los reales decretos por los que se establecen la ordenación y las enseñanzas mínimas de cada una de las etapas educativas, la nota citada lamentaba que se había “perdido la oportunidad de mantener al menos el horario mínimo de la LOE, ley a la que la LOMLOE da continuidad”.
Además, los obispos manifestaban su “sorpresa” porque “se limite al mínimo la carga lectiva en un ámbito tan decisivo para la educación de la persona como es la ERE” (Enseñanza Religiosa Escolar).
En este sentido, la comisión episcopal manifestó en su momento “a las respectivas Administraciones educativas una ampliación razonable del horario del área/materia de Religión, sin reducirlo a lo establecido por el Ministerio en el ámbito de sus competencias”.
Diferentes actuaciones
Ahora, los obispos completan la valoración realizada con un análisis relativo al horario de Religión en educación obligatoria en las “realidades autonómicas”. “Algunas Comunidades Autónomas han mantenido el horario mínimo establecido por el Ministerio de una hora semanal”, señalan. “En algunos casos esto supone mantener el horario que ya existía, e incluso un incremento respecto a la anterior regulación, que ahora se completaría con algunos minutos más de clase (Aragón, Asturias, Baleares, País Vasco, Valencia); en Galicia se ha reducido el horario en el único curso donde éste superaba la hora semanal”.
“En otras Comunidades Autónomas”, añaden, “establecer el mínimo fijado por el Ministerio de una hora semanal ha supuesto un descenso significativo respecto al horario que tenía el área/materia de Religión (Canarias, Cantabria, Cataluña, La Rioja, Navarra)”.
Incrementos
“Otras Comunidades Autónomas han incrementado el horario mínimo establecido por el Ministerio, regulando una hora y media o incluso dos horas semanales de Religión en algunos cursos de la enseñanza básica”, informa la nota episcopal.
“Así, mantienen los horarios que ya tenía el área/materia de Religión (Andalucía, Castilla y León, Madrid, Murcia); valoramos positivamente la regulación de las enseñanzas de religión en el articulado de los decretos y no en disposiciones adicionales”, prosigue la nota. “En otros casos, pese a la reducción de horario en algún curso, se ha mantenido el incremento sobre la hora semanal que ya existía en otros cursos (Castilla–La Mancha, Extremadura)”.
“Panorama muy diverso”
La Comisión episcopal señala que “el panorama de cómo ha quedado el horario de la asignatura de Religión en el conjunto de las Administraciones educativas es muy diverso y pide una consideración específica para cada territorio”.
Los obispos valoran “el reconocimiento por parte de algunas Administraciones educativas de la necesidad de dotar a la asignatura de Religión de un horario suficiente; nos parece un signo de que sigue siendo posible una mejor consideración académica de la clase de Religión”.
Sin embargo, añaden: “por otro lado, lamentamos que en muchos casos no se haya aprovechado esta regulación para dotar al área/materia de Religión católica de un horario más amplio que permita contribuir con sus saberes básicos al Perfil de salida, y en particular la falta de consideración de la asignatura que implica el descenso significativo de horario en algunas Comunidades Autónomas”.
A su juicio, “se ha perdido, en estos casos, una oportunidad para una mejor consideración académica de la clase de Religión, un ámbito educativo imprescindible para que la educación escolar alcance sus fines propios”.
Unas regulan la alternativa, otras no
La nota ofrece asimismo una valoración de “la regulación que se ha hecho de la atención educativa que tiene que ofrecerse a los alumnos que no escogen la clase de Religión. “Lamentamos”, escriben, “la desaparición de una alternativa que sostiene el principio de no discriminación e igualdad del alumnado. Mantenemos la convicción de que es posible comprender el lugar de la enseñanza religiosa escolar en la formación integral de la persona, de modo que pueda superarse en el sistema educativo la dicotomía entre Religión y asignatura “espejo””.
Sin embargo, a pesar de esta desaparición en la LOMLOE, los decretos de enseñanzas mínimas exigen, para el alumnado que no elige Religión, una atención educativa programada por los centros. Algunas comunidades autónomas han regulado, con mayor o menor precisión, esta atención educativa, señala la nota, y otras, en cambio, “no han dotado de un marco normativo para esta atención educativa que la ley pide, explícitamente, que se programe en los centros educativos”.
Los obispos valoran positivamente “que algunas Administraciones educativas hayan establecido esta atención educativa mediante proyectos que deben formar parte de la programación general anual de los centros, con la debida información a las familias de su contenido y desarrollo”.
En líneas generales, la nota episcopal “aprecia una mejora en la percepción de algunas Administraciones educativas sobre la aportación significativa de la ERE en la formación integral del alumnado. Y también se aprecian mejoras en el tratamiento escolar del alumnado que no elige enseñanzas de la Religión, aunque sigue existiendo el riesgo –en algunos casos, la realidad– de una posible discriminación ilegal de los alumnos y alumnas que eligen el área/materia de Religión”.
A su juicio, “es necesario continuar en el trabajo de explicación y divulgación a las familias, la comunidad educativa y toda la sociedad, de la importancia de este ámbito educativo, que debe reflejar la pluralidad del alumnado, en el conjunto del currículo escolar”.