Ciertamente no es lo mismo hablar de la hagiografía, o vida de un santo que acerca de un libro que recoja a cientos de ellos. Literalmente a 366, porque el autor tuvo a bien incluir a san Dositeo el 29 de febrero y no olvidar que, cada cuatro años aunque sea, hay mucho que celebrar siempre en la Iglesia.
La reedición de La casa de los santos es una de esas decisiones por las que estar agradecidos a las editoriales católicas. En este caso, CEU ediciones recoge el testigo de aquella primera edición de La casa de los santos que publicaba Rialp a inicios de los años noventa del pasado siglo.
Su autor, Carlos Pujol, recoge, no sólo la historia sino además parte del legado, las manifestaciones artísticas y una reflexión, plenamente actual y llena de sentido común, de uno de los santos y santas que, en cada día del año, propone la Iglesia como ejemplo de vida.
La casa de los santos. Un santo para cada día del año
El resultado es una colección de historias que señalan un punto común, usted y yo podemos y debemos ser santos. Porque «haberlos, haylos» de toda clase y condición.
Encontramos santos conocidos como Carlos Borromeo, Juan Bautista de la Salle o Teresa del niño Jesús, pero, ¿conocía usted a san Pafnucio, que se celebra el 11 de septiembre? ¿Podría contar algo de la vida de santa Liduvina o de san Hospicio? ¿Sabe cuándo celebra la Iglesia a san Dimas, el santo «in extremis»? Pues todos ellos forman parte de ese catálogo de los santos al que todos los cristianos estamos llamados a pertenecer.
Si bien La casa de los santos no se presenta como un sesudo estudio acerca de la santidad, la realidad es que, entre sus páginas, encontramos religiosas, madres de familia, sacerdotes y eremitas, reinas y pobres. Recoge también el libro fiestas y memorias de antigua tradición como la visitación de la Virgen, los fieles difuntos o la Navidad. No es un estudio pero es, sin duda, una reflexiva consideración de la llamada universal a la santidad.
Historias cortas, para leer en un par de minutos y que despiertan, sin duda, el deseo de conocer más sobre la vida de estos hombres y mujeres, de todos los tiempos, que hicieron de Dios el principio y el fin de sus vidas… no sin determinados avatares en sus historias.
Los comentarios, vibrantes y llenos de sentido sobrenatural y humano, constituyen una ayuda innegable para identificar la realidad de estas historias de santidad en nuestras propias vidas.
Si, hace más de tres décadas, Pujol incluía algunos santos que han sido canonizados en los últimos años y cuyas biografías se encomendaron a amigos y admiradores de Carlos Pujol el volumen reeditado por la Asociación Católica de Propagandistas no olvida a Luis Campos, Ricardo Plá, Alfonso Sebastiá, Luis Belda y Miguel Vilatimó, todos ellos mártires de la persecución religiosa en España de los años 1936 – 1939 y beatos pertenecientes a la ACdP.