Estados Unidos celebra el 4 de septiembre el “Día del trabajo”. Esta jornada invita a la reflexión acerca de la economía del país, lo que ha llevado a la conferencia episcopal estadounidense (USCCB, por sus siglas en inglés) a publicar un comunicado hablando sobre la situación actual de las familias.
La nota está firmada por el presidente del Comité de Justicia Doméstica y Desarrollo Humano, el arzobispo Borys Gudziak, si bien traslada el mensaje de todo el episcopado del país, resumido en la necesidad de “una solidaridad radical con las familias trabajadoras”.
El estado de la economía
La declaración de la USCCB comienza señalando las mejoras económicas. Por un lado, la inflación está frenando, a la vez que los salarios de los trabajadores han subido. Al mismo tiempo, el desempleo ha bajado y se están creando nuevos puestos de trabajo.
Sin embargo, como apuntan los obispos, hay “más familias que sienten que están peor que el año pasado”. La subida de los precios ha impedido el ahorro en los hogares y el precio de los alquileres sigue aumentando. A ello se unen los costes de la atención sanitaria, cuyo valor elevado llevan a muchas familias a renunciar a las visitas al médico.
Medidas políticas
Ante esta situación, la USCCB es clara: “Debemos hacer más para apoyar a las familias”. Un sistema económico más favorable responderá a su auténtica misión, consideran los obispos. Afirman que “la finalidad de la economía es permitir que las familias prosperen”. Para ello, la conferencia episcopal sugiere algunas medidas bipartidistas, entre ellas:
-Reforzar el Crédito Tributario por Hijos (“Child Tax Credit”). En la actualidad muchas familias están excluidas de esta ayuda;
-Promover el permiso familiar pagado. Estados Unidos es uno de los pocos países que no garantiza este permiso.
Medidas sociales
Por otra parte, los obispos animan a los ciudadanos a dialogar sobre las necesidades de las familias y a buscar soluciones en sus comunidades. También reconocen la labor de los sindicatos, que también reconoció el Papa Francisco en una audiencia con líderes de estas organizaciones.
La declaración de la USCCB finaliza recalcando que hay mucho trabajo por hacer todavía para ser realmente solidarios con las familias trabajadoras. “Oremos y actuemos con este fin, escuchando siempre al Señor que cumple la buena nueva cuando oímos su palabra cada día”.