Del 11 al 14 de noviembre se llevó a cabo en Baltimore, Maryland, la reunión plenaria de otoño de la Conferencia de Obispos Católicos de los Estados Unidos (USCCB). Uno de los temas predominantes durante las discusiones fue el tema migratorio, esto debido al inminente inicio de la administración del presidente electo Donald Trump quien prometió iniciar en el primer día de su administración una “deportación masiva de miles de inmigrantes, la más grande en la historia del país”.
Ante ello los obispos estadounidenses expresaron su solidaridad con los migrantes por medio de una “declaración de preocupación pastoral” en la cual los prelados alzan “la voz en nombre de las masas apiñadas que anhelan respirar libertad”. En el texto, los obispos piden a la nueva administración del presidente Trump brindar un trato justo y humano a los inmigrantes.
Reforma del marco legal
“Desde la fundación de nuestra nación, los inmigrantes han sido esenciales para el crecimiento y la prosperidad de esta sociedad. Llegan a nuestras costas como extranjeros, atraídos por las promesas que ofrece esta tierra. Siguen proporcionando seguridad alimentaria, servicios de salud y muchas otras actividades esenciales que sustentan a nuestra próspera nación”, aseveran los purpurados.
Asimismo, los obispos reconocieron que es necesario una reforma al sistema migratorio norteamericano para poder contar con un marco legal que dé la bienvenida a los refugiados y ayude a las familias a permanecer juntas, “un sistema de inmigración que mantenga nuestras fronteras seguras y protegidas, que sea capaz de detener el flujo de drogas y poner fin a la trata de personas”.
Otros temas de la asamblea plenaria
Durante los trabajos de esta asamblea plenaria los purpurados también abordaron otros temas, entre ellos, el Sínodo de los Obispos, el Congreso Eucarístico Nacional celebrado en julio; la implementación pastoral de un programa de ecología integral para conmemorar el décimo aniversario de “Laudato Si”; la aprobación de la traducción de textos litúrgicos en inglés, incluyendo la “Nueva Biblia Americana” para uso litúrgico y finalmente el avance a nivel local de dos causas de beatificación y canonización: la hermana Annella Zervas -natural de Moorhead, Minnesota-, religiosa de la Orden de San Benito y conocida por su bondad, sentido del humor y su devoción a la Eucaristía y a la Virgen María; y la sierva de Dios Dra. Gertrude Agnes Barber, laica nacida en Erie, Pennsylvania quien dedicó su vida a la educación y al cuidado de niños y de la población vulnerable.