La reciente actualización del parte médico del Papa Francisco por parte de la Oficina de Prensa de la Santa Sede recoge que ha descansado bien durante la noche, ha desayunado, se ha levantado para caminar e incluso ha leído algunos periódicos. A través de los que, probablemente podemos añadir, ha saboreado la “cadena de afecto” ofrecida por fieles de todo el mundo.
El Santo Padre está hospitalizado desde la tarde del domingo en el Hospital Universitario “Agostino Gemelli” de Roma para una cirugía de rutina programada.
Técnicamente se trata de «estenosis diverticular sintomática del colon», una operación que implica unos días de convalecencia para una total recuperación.
Nadie estaba al tanto de esta hospitalización planificada del Pontífice, tanto es así que, una hora antes de ingresar al hospital, al que acudió acompañado por su chofer y un colaborador cercano, había rezado el Ángelus desde la ventana de la Plaza de San Pedro. No sólo eso, sino que también anunció (y confirmó) que el 12 de septiembre viajará a Budapest, Hungría, para la Misa de clausura del 52º Congreso Eucarístico Internacional, y luego visitará la vecina Eslovaquia.
Esta «confidencialidad» y sorpresa, ha despertado aprensión, en cualquier caso, tanto desde la prensa internacional como entre los fieles católicos, tanto es así que los enlaces en directo del Policlínico Gemelli de las principales cadenas de televisión se sucedieron a lo largo de las horas. Los mensajes oficiales, deseándole una pronta recuperación llegaron, tanto del papa emérito, Benedicto XVI, como del presidente de la República Italiana, Sergio Mattarella, del presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, e incluso de representantes de otras confesiones religiosas.
Pero, sobre todo, una vez conocida la noticia de la hospitalización del Papa, la Iglesia entera, esparcida por todo el mundo, se ha unido en multitud de formas de oración, aún sabiendo que se trataba de una intervención rutinaria, como se ha dicho varias veces. Las redes sociales han recogido miles de reacciones y oraciones.
La operación, que requirió anestesia general, fue realizada por Sergio Alfieri, director de la Unidad de Cirugía Digestiva del Policlínico Gemelli, que ha realizado más de 9.000 operaciones del tipo de la que ha requerido el Santo Padre.
Las primeras actualizaciones postoperatorias confirmaron que la cirugía «implicó una hemicolectomía izquierda» y que duró unas 3 horas. Sin embargo, el Papa apareció de inmediato en buenas condiciones generales, alerta y respirando espontáneamente.
Se prevé que la hospitalización dure una semana, por lo que es probable que el próximo domingo el Papa Francisco rece el Ángelus desde la ventana del décimo piso del Policlínico Gemelli, como lo hizo San Juan Pablo II cuando fue hospitalizado allí en varias ocasiones.