Urgidos por la gran hambruna y el éxodo masivo hacia países vecinos, el gobierno y grupos opositores de Sudán del Sur se han reunido en Addis Abeba (Etiopía) con la Autoridad Intergubernamental (IGAD) para acercar posturas, pero los avances han sido escasos.
Texto – Edward Diez-Caballero, Nairobi
Las cifras que daba UNICEF hace un año se han quedado viejas. Cerca de 1,8 millones de personas, entre ellas más de un millón de niños, han tenido que abandonar sus casas en Sudán del Sur hacia países vecinos como Etiopía, Kenia y Uganda por la guerra civil que empezó en 2013.
Además, otros 1,4 millones de niños viven en campos de desplazados dentro del país. “El futuro de una generación está realmente en juego”, dijo el año pasado Leila Pakkala, del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia. “La horrible realidad de que casi uno de cada cinco niños de Sudán del Sur han tenido que abandonar sus hogares ilustra cómo este conflicto es devastador para los más débiles del país”, añadió.
Hace un par de semanas, el Secretario para Asuntos Humanitarios de la ONU, Mark Lowcock, manifestó que el conflicto (guerra civil) en Sudán del Sur ha causado el desplazamiento de alrededor de 4,3 millones de personas, casi un tercio de la población del país, mientras que siete millones necesitan asistencia humanitaria urgente.
Lowcock llamó a las partes beligerantes a que cesen de inmediato las hostilidades, en declaraciones a la prensa en la capital, Yuba, realizadas al final de una visita de dos días a Sudán del Sur. El representante de la ONU destacó que “el conflicto en Sudán del Sur ha entrado en su quinto año, la población sigue sufriendo de forma inimaginable y hasta el momento el proceso de paz no ha dado frutos”. “La economía ha colapsado y los combatientes aplican una política de tierra quemada, con asesinatos y violaciones que infringen la ley internacional”, agregó.