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Sir David Amess, cuando el ruido de la política se detiene

Una verdadera conmoción se produjo en Reino Unido y en el mundo entero por el asesinato del veterano diputado conservador británico Sir David Amess. Una persona fielmente comprometida con su fe católica en su tarea política.

James Somerville-Meikle·2 de noviembre de 2021·Tiempo de lectura: 2 minutos
david amess

Hay momentos en la política en los que el ruido se detiene, y nos vemos obligados a hacer una pausa y reflexionar. La muerte de Sir David Amess, diputado, el viernes 15 de octubre, fue uno de esos momentos.

Sir David nació y se crió como católico, y su fe fue palpable en su vida de servicio público, que abarcó casi 40 años.

Cuando Sir David entró en la Cámara de los Comunes en 1983, había muy pocos católicos en los bancos conservadores del Parlamento, pero él demostró que su fe católica y sus principios conservadores podían combinarse fácilmente.

Si se revisa su historial parlamentario, se puede tener una idea de las áreas en las que hizo campaña: la pobreza, los sin-techo, la asistencia social. También fue un firme defensor de la dignidad de la vida, incluso criticando abiertamente el aborto.

Sus contribuciones en la Cámara de los Comunes, numerosas, han sido sólo una pequeña parte de su trabajo en el Parlamento. La profunda fe de Sir David alimentaba su sentido de la justicia y su instinto para hacer lo correcto, sin importar las consecuencias políticas.

Su asesinato en la Iglesia Metodista de Belfairs mientras dirigía un acto político ha conmocionado a todos los que trabajan en el Parlamento. La mayor pérdida la sufren su esposa y sus cinco hijos, a quienes recordamos en nuestras oraciones. Pero también hemos perdido a un diputado local dedicado, y nuestro país ha perdido a un buen parlamentario católico.

En 2006, Sir David creó el Grupo Parlamentario de todos los partidos para las relaciones con la Santa Sede, un grupo que se creó para mejorar las relaciones con el Vaticano y que continúa su trabajo hoy en día presidido por Sir Edward Leigh.

Sir David desempeñó un papel decisivo en la histórica visita del Papa Benedicto XVI al Parlamento en 2010, y en la vuelta de los representantes del Gobierno de Su Majestad a Roma al año siguiente. Durante su discurso en Westminster Hall, como parte de su visita, el Papa Benedicto dijo que «la religión… no es una cuestión que deban regular los legisladores, sino una contribución vital a la conversación nacional». Sir David puso en práctica esas palabras.

Sir David apoyó en gran medida a una serie de grupos católicos, como la Unión Católica de Gran Bretaña (Catholic Union of Great Britain) y la Red de Acción Social de Cáritas, grupos que le ayudaron a poner en práctica su fe.

Cuando los lugares de culto se vieron obligados a cerrar como parte de un segundo cierre nacional en Inglaterra en octubre del año pasado, Sir David fue uno de los primeros parlamentarios en poner su nombre en una carta al Primer Ministro pidiendo que se reabrieran. De hecho, fue su idea promover una carta conjunta sobre este asunto.

Fue uno de los llamados «four knights» -cuatro caballeros-, un grupo de cuatro diputados con título de caballero en el que los grupos cristianos solían confiar para librar algunas de las batallas más duras en el Parlamento. Cuando otros se retiraban, Sir David daba un paso al frente. Era el caballero que libraba la buena batalla, y le echaremos mucho de menos en Westminster.

Sir David nunca se cansó de defender las causas en las que creía, sin importar los riesgos políticos. Su vocación por la vida política nos ha beneficiado a todos y sigue siendo un ejemplo para los demás.

Concédele el descanso eterno, Señor, y haz que la luz perpetua brille sobre él. Que descanse en paz. Amén.

El autorJames Somerville-Meikle

Director de Relaciones Públicas de la Unión Católica de Gran Bretaña

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