Un intenso mes, en el que más de 300 padres sinodales y auditores, han debatido sobre la posibilidad de renovar el rostro de la Iglesia a partir de las necesidades, las inquietudes y los sueños de las nuevas generaciones, para acompañarlas en el camino de la vida y recibir de ellas impulso evangelizador.
Recogemos tres importantes aportaciones de personas que han seguido de cerca los trabajos, y acerca de los tres aspectos cardinales del trabajo de la Asamblea: el dinamismo juvenil, la importancia del discernimiento vocacional y la renovación de la pastoral. Escriben Chiara Giaccardi, que ha trabajado en la redacción del documento final; Gonzalo Meza, sacerdote y periodista, que ha seguido de cerca la comunicación de los trabajos; y Giuseppe De Virgilio, asimismo colaborador de la Secretaría del Sínodo de los Obispos. A continuación, otro artículo pone de relieve los aspectos más sobresalientes del documento final, aparecido cuando la revista estaba ya en fase de imprenta, y algunos eventos complementarios que han caracterizado el camino asamblear, incluidas las canonizaciones del 14 de octubre, entre ellas las del pontífice Pablo VI y del arzobispo Óscar Romero.
UN CAMINO CON LOS JÓVENES, PARA UNA IGLESIA GENERATIVA
TEXTO – Chiara Giaccardi. Docente de Sociología en la Universidad Católica del Sacro Cuore de Milán; colaboradora del Secretario Especial del Sínodo de los Obispos.
Un estilo nuevo para una Iglesia generativa, que ponen en el centro a los jóvenes, asume su atención y les deja ir con responsabilidad a llevar su contribución a la nueva evangelización. Es uno de los aspectos que, según la socióloga Chiara Giaccardi, han surgido en el curso de la Asamblea sinodal, que ha visto a los jóvenes convertirse también en sus protagonistas.
La Iglesia en estos días camina con los jóvenes, y les confía la tarea de ayudar a su renacimiento: jóvenes como “mayeutas” de una Iglesia nueva, de una conversión pastoral más necesaria que nunca, después de tan- tos escándalos sexuales y financieros, pero más simplemente después de tantos cansancios o intelectualismos que…