La comparecencia este viernes de algunos miembros del Sínodo en la Sala de Prensa vaticana no ha podido obviar, aunque con menos insistencia que otros días, algunas preguntas que han urgido a los padres sinodales a acelerar de algún modo “los tiempos de la Iglesia”, en particular en algunos temas.
En días pasados sucedió algo parecido, hasta el punto de provocar alguna reacción en directo, comedida, del Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini.
Hoy hemos asistido de cerca a la guerra en Sudán y a los problemas sociales y políticos en Sudán del Sur, por parte del cardenal Stephen Ameyu Mulla; a la opción del diálogo expuesta por el arzobispo de Bogotá, cardenal Luis J. Rueda, y a la reclamación de un Sínodo sobre el Mediterráneo por el arzobispo de Marsella, cardenal Jean-Marc Aveline.
Ante el panorama, el subsecretario del Sínodo, monseñor Luis Marín, ha manifestado que “el Sinodo es una respuesta a estos retos del mundo” y definió cuatro características para la Iglesia actual: cristocéntrica, fraterna, inclusiva y dinámica”. Además, transmitió “esperanza” y deseos de “evitar el pesimismo” en la Iglesia de hoy.
Un Sínodo para el Mediterráneo
Ayer, y esta mañana, la agencia oficial vaticana y algunos medios habían subrayado, en efecto, como tema noticiable de los trabajos, la propuesta de una Asamblea eclesial mediterránea -no euro mediterránea-, para la escucha de los migrantes, cuestión ampliada hoy por el cardenal de Marsella, quien ha señalado textualmente que “el Mediterráneo también merecería un Sínodo”.
El tema es de gran importancia, desde el punto de vista geopolítico; de las redes para ayudar a los migrantes a llegar a la otra orilla; teológico, para hacer una teología al servicio del Pueblo de Dios; y también desde el enfoque de los santuarios marianos del Meditrráneo, ha añadido el cardenal francés, quien ha sintetizado que estamos “ante un mar con cinco orillas que toca tres continentes”.
La capacidad normativa, tiempo y estudio
Pero además de las cuestiones puntuales, importantes desde luego, late la otra cuestión, que se refiere más bien a la ‘capacidad normativa’ del Sínodo, que lleva por título “¿cómo ser una Iglesia sinodal en misión?”, tal como indicó el Papa al cardenal maltés Mario Grech, secretario general.
Algunos periodistas habituales en estas comparecencias han llegado a comentar que “el hilo conductor de los ponentes en estos briefings es que hace falta tiempo para alcanzar y tomar decisiones”, o que “uno es el tiempo de la sociedad, y otro el tiempo que se reserva la Iglesia”.
Es importante este asunto de los tiempos de la Iglesia, más aún cuando saltan temas, planteados habitualmente por periodistas asistentes a los briefing (resúmenes de última hora de la mañana), relativos, por ejemplo, a la hipotética ordenación de los denominados ‘viri probati’, o sobre todo la predicación o el diaconado de mujeres.
Paolo Ruffini: fase de conversaciones
El Prefecto del Dicasterio para la Comunicación, Paolo Ruffini, ha respondido esta semana, por ejemplo, al referirse a la idea de un ministerio o servicio de la Escucha, pero que servía para todos los temas, que en la rueda se sintetizan algunas “intervenciones, personas que han hablado, estamos en una fase, como se ya se ha dicho, en la que estamos conversando, hay momentos de pausa, de reflexión, les damos una idea de lo que estamos haciendo. Luego, cómo concretarlo…. La Iglesia está compuesta por el Pueblo de Dios, por los bautizados, luego están los ministerios… Yo intento darles una síntesis, para transmitirles una idea general. Seguro que los demás pueden añadir algo más”.
Sínodo: carácter consultivo
Tras las sesiónes de estos días, ha quedado claro, por si no lo estaba de modo suficiente, que esta XVI Asamblea, en la sesión de octubre del año pasado y la de este año, tiene “un carácter consultivo y no deliberativo”, y menos aún decisorio, y eso lo saben los periodistas, según Paolo Ruffini.
Así lo subrayó la Secretaría General del Sínodo en julio de este año, en la presentaciòn del documento de trabajo, denominado Instrumentum Laboris (en adelante IL), y así se ha subrayado ayer por varios ponentes sinodales.
A esto hicieron mención de diversas maneras dos cardenales, uno de ellos del C9, el Consejo que asesora directamente al Papa.
Cardenal Bo: “El Papa no ha tomado decisiones”
El cardenal Charles Bo, arzobispo de Yangon (Myanmar), presidente de la Federación de Conferencias Episcopales de Asia (F.A.B.C.) y miembro del Consejo Ordinario, realizó un breve balance de los efectos del proceso sinodal en Asia, que coincidió en parte con el reciente viaje del Papa al continente.
Al final, a raíz de una pregunta relativa a las cuestiones referidas arriba, y a otras, como la apertura o no a los periodistas de las reuniones entre miembros de la Asamblea y grupos de estudio, manifestó que era “su octavo sínodo”, y que “este sínodo es muy diferente a los anteriores. porque es un proceso integrado en la vida de la Iglesia, y en toda diócesis se debería celebrar un Sínodo diocesano sobre la base de los frutos que cosecharemos al final de este Sínodo sobre la sinodalidad”.
El cardenal Bo, respondiendo a otra pregunta, manifestó que “lo que usted ha dicho (refiriéndose a un periodista), se trata de cosas sobre las que el Papa todavía no ha tomado una decisión final. Los grupos se ocupan de profundizar en esas cuestiones. En 2025 habrá informes que los grupos publicarán sobre estos temas específicos”.
Por su parte, el cardenal Lacroix, arzobispo de Québec (Canadá), señaló que no podía responder a la pregunta sobre en qué momento se encuentran los padres y madres del Sínodo, pero “sí puedo decir en qué punto me encuentro yo. Creo haber caminado. Esta experiencia abre un espacio donde Dios puede encontrar algo nuevo. Yo me voy de aquí con algo nuevo, no soy el mismo de antes, tengo otra mirada sobre determinados temas tras escuchar a los demás”.
“El mundo de hoy necesita escuchar”, ha afirmado el cardenal Lacroix, una facultad que “necesitábamos descubrir”, sobre todo “para escuchar mejor a los que son diferentes de nosotros”, en un mundo, señaló, en el que “sólo se utilizan las armas y los bombardeos como soluciones a los problemas”.
Emails externos
Otro punto de pressing se encuentra en correos electrónicos que reciben padres y madres sinodales. Un medio norteamericano ha informado de una invitación efectuada a los delegados del Sínodo a unirse a un foro de una red de católicos latinoamericanos denominados “progresistas”, y titulado “Llamada a ser mujer diácono”.
El envío se produjo el 15 de octubre y se informó que un grupo de mujeres iban a compartir por qué están convencidas de que están llamadas al ministerio sacramentalmente ordenado.
El Documento final
La próxima semana se redactará, y votará, el documento final del Sínodo, sobre el que han preguntado algunos medios, que la secretaría general trasladará al Papa Francisco.
Según informó Paolo Ruffini, los cuatro miembros natos que recogerán las propuestas de la Asamblea sinodal y redactarán el documento son los cardenales Grech y Hollerich, y los secretarios especiales Battochio y Costa.
De los diez restantes, con misión de supervisión, tres han sido nombrados por el Papa (prof. Bonfrate, de la U. Gregoriana; cardenal Ferrao, arzobispo de Goa y Damao (India), y Hma. Leticia Salazar, San Bernardino, Estados Unidos. Y siete por zonas geográficas: card. Ambongo, de Kinshasa; card. Rueda, de Bogotá; Catherine Clifford (U. S. Paul, Ottawa); P. Davedassan, Malasia; card. Aveline, Marsella (Francia); Mons. Khairallah, obispo libanés; y el obispo McKinlay, de Oceanía.