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Alerta de los obispos nórdicos ante «un discurso laico sobre la sexualidad»

Los obispos de la Conferencia Episcopal de Escandinavia, entre los que se encuentra el de Estocolmo, cardenal Arborelius, han expuesto ideas de la enseñanza cristiana sobre la sexualidad, alertando sobre “los límites de un discurso puramente laico”, en una carta pastoral recién publicada.

Francisco Otamendi·28 de marzo de 2023·Tiempo de lectura: 4 minutos
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El cardenal Arborelius con el Papa Francisco (CNS photo/L'Osservatore Romano via Reuters)

La carta pastoral de los ocho obispos, titulada «Sobre la sexualidad humana»,  “pretende indicar una dirección a aquellos creyentes y personas de buena voluntad que se sienten inquietos por una visión demasiado mundana del ser humano y su sexualidad”, afirma la conferencia episcopal escandinava, y se ha publicado el V domingo de Cuaresma, como continuación de su recién concluida Asamblea Plenaria de Primavera.

“Nuestra misión y tarea como obispos es indicar el camino pacificador y vivificante de los mandamientos de Cristo, que es estrecho al principio, pero que se ensancha a medida que avanzamos. Os fallaríamos si ofreciéramos menos. No fuimos ordenados para predicar nuestras pequeñas nociones”.

Firman la carta pastoral los obispos Czeslaw Kozon (Copenhague), actual presidente; el cardenal Anders Arborelius (Estocolmo), que presidió la conferencia de 2005 a 2015; Peter Bürcher, emérito de Reikjavik; Bernt Eidsvig Can.Reg. (Oslo); Berislav Grgić, Tromsø; P Marco Pasinato, Ap.Adm. (Helsinki); David Tencer OFM Cap. (Reikiavik); y Erik Varden OCSO, Trondheim.

Enseñanza cristiana sobre la sexualidad

Tras un repaso de imágenes bíblicas, los obispos manifiestan que “necesitamos raíces profundas. Intentemos, pues, apropiarnos de los principios fundamentales de la antropología cristiana, acercándonos con amistad, con respeto, a quienes se sienten ajenos a ellos. Debemos al Señor, a nosotros mismos y a nuestro mundo dar cuenta de lo que creemos y por qué creemos que es verdad.”.

“Muchos se sienten perplejos ante la enseñanza cristiana tradicional sobre la sexualidad”, añaden. “A éstos les ofrecemos un consejo amistoso. En primer lugar: intenta familiarizarte con la llamada y la promesa de Cristo, para conocerle mejor a través de las Escrituras y en la oración, a través de la liturgia y el estudio de toda la doctrina de la Iglesia, no sólo a través de fragmentos tomados aquí y allá. Participa en la vida de la Iglesia. Así ampliarás el horizonte de las preguntas de las que partías, y también tu mente y tu corazón”.

En segundo lugar, el episcopado nórdico aconseja “considerar los límites de un discurso puramente laico sobre la sexualidad. Tiene que enriquecerlo. Necesitamos términos adecuados para hablar de estas cosas importantes. Tendremos una valiosa contribución que hacer si recuperamos la naturaleza sacramental de la sexualidad en el plan de Dios, la belleza de la castidad cristiana y la alegría de la amistad, que muestra la gran intimidad liberadora que también se puede encontrar en las relaciones no sexuales”.

Complementariedad del varón y la mujer

En este contexto, los obispos escandinavos recuerdan: “La imagen de Dios en la naturaleza humana se manifiesta en la complementariedad del varón y la mujer. El hombre y la mujer han sido creados el uno para el otro: el mandamiento de ser fecundos depende de esta reciprocidad, santificada en la unión nupcial”. 

A continuación, añaden: “En la Escritura, el matrimonio del hombre y la mujer se convierte en imagen de la comunión de Dios con la humanidad, que será perfecta en las bodas del Cordero al final de la historia. Esto no significa que tal unión, para nosotros, sea fácil o indolora. A algunos les parece una opción imposible. A nivel interno, la integración de las características masculinas y femeninas puede ser difícil. La Iglesia lo reconoce. Desea abrazar y consolar a todos aquellos que experimentan esta cuestión con dificultad”.

Sobre el movimiento LGBTQ+

La carta pastoral de los obispos nórdicos habla explícitamente de valorar el movimiento LGBTQ+ “en la medida en que se relaciona con la dignidad de todas las personas y su anhelo de ser tenidas en cuenta”, señala la conferencia episcopal. “La Iglesia condena explícitamente ‘cualquier tipo de discriminación’, y eso incluye la discriminación basada en la identidad u orientación de género”.

Sin embargo, los obispos se oponen a una visión de la naturaleza humana “que transmite una imagen de la humanidad (…) que disuelve la integridad corporal de la persona, como si el sexo biológico fuera algo puramente accidental”. En particular, critican que “tales puntos de vista se imponen a los niños como si no fueran hipótesis audaces sino hechos probados” y “se imponen a los menores como una carga opresiva de tener que determinar su propia identidad sin estar equipados para hacerlo”.

El cuerpo, ligado a la personalidad

Más adelante, añaden: “Es curioso: nuestra sociedad, tan preocupada por el cuerpo, en realidad se lo toma a la ligera, negándose a ver en el cuerpo una seña de identidad, y asumiendo en consecuencia que la única individualidad es la que produce la autopercepción subjetiva, construyéndonos a nuestra propia imagen”. 

“Cuando profesamos que Dios nos ha hecho a su imagen, esto no sólo se refiere al alma. Misteriosamente se refiere también al cuerpo”, añaden los prelados escandinavos. “Para nosotros, los cristianos, el cuerpo está intrínsecamente ligado a la personalidad. Creemos en la resurrección del cuerpo. Por supuesto, ‘Todos seremos transformados’. Lo que será nuestro cuerpo en la eternidad es difícil de imaginar”.

Los obispos escriben también: “Creemos con autoridad bíblica, basada en la tradición, que la unidad de mente, alma y cuerpo durará para siempre. En la eternidad seremos reconocibles por lo que ya somos, pero se habrán resuelto los aspectos conflictivos que aún impiden el desarrollo armonioso de nuestro verdadero yo”.

Realizar el amor

Por último, los obispos se refieren a la caridad, al amor y a los misterios pascuales. “La enseñanza de la Iglesia no pretende reducir el amor, sino realizarlo”. “Para que se comprenda que todo ejercicio de la perfecta virtud cristiana sólo puede brotar del amor, pues en el amor tiene su fin último. De este amor se hizo el mundo y tomó forma nuestra naturaleza. Este amor se manifestó en la ejemplaridad de Cristo, en su enseñanza, en su pasión salvadora y en su muerte”. 

Y concluyen de este modo: “El amor triunfó en su gloriosa resurrección, que celebraremos con alegría durante los cincuenta días de Pascua. Que nuestra polifacética y multicolor comunidad católica pueda dar testimonio de este amor en la verdad”.

El cardenal Arborelius, obispo de Estocolmo, ha señalado que era “importante llevar la fe de la Iglesia a la gente de hoy” y hacerlo “especialmente con el trasfondo de las diferentes teorías sobre la sexualidad humana”. Y el obispo Erik Varden (Trondheim), ha subrayado:  “Nuestros fieles nos preguntan qué dice la Iglesia sobre el género, y queremos responder constructivamente”.

El autorFrancisco Otamendi

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