Bohdan Bazan e Ihor Luhovyi son dos estudiantes ucranianos en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz en la que estudian Comunicación Institucional de la Iglesia gracias a la ayuda de los colaboradores de la Fundación Centro Académico Romano. Allí han hablado con Gerardo Ferrara sobre cómo viven estas jornadas en permanente comunicación con sus familias y amigos.
Ihor Bazan, de 24 años, pertenece a la Archieparquía de Leópolis. Este joven seminarista se ha sumado al trabajo de un grupo de voluntarios, en Roma, y se comunica a diario con los adolescentes ucranianos que sufren la guerra, brindándoles apoyo psicológico, contándoles historias que les ayudan a no pensar mucho en la guerra y ofreciendo orientaciones de cómo actuar en diferentes situaciones y mantener la calma.
Bohdan Luhovyi, natural de Bolekhiv, en la parte occidental de Ucrania, estudió durante seis años en el seminario de Kiev y pertenece a esa misma Archieparquía a la que regresará al terminar sus estudios de comunicación. En su opinión “Ucrania está muy lejos de Rusia en términos de mentalidad y valores, pero cerca geográficamente, por lo que Ucrania ha sufrido a menudo la violencia de distintos regímenes rusos”.
Este ucraniano de 26 años valora también las manifestaciones de muchos ciudadanos rusos contra esta invasión, lo que les está costando incluso penas de cárcel. En este sentido, destacan que, a pesar de la manipulación mediática que se vive en Rusia desde haced decenios, ahora, “afortunadamente, los rusos y todo el mundo se han enterado de lo que está pasando y de las matanzas que están teniendo lugar”.
Ambos estudiantes ucranianos temen que el objetivo del actual gobierno ruso sea “la restauración de la Unión Soviética y el establecimiento de su imperio en Europa del Este. Esto, pues, es algo que ahora está pasando con Ucrania y va a ocurrir con otros países”.
Además son conscientes de las diferencias de consideración nacional entre el este y el oeste del país. Mientras que el oeste de Ucrania es más pro-ucraniano, explica Ihor, “o sea más consciente de su propia identidad nacional; el este es todo lo contrario. Este problema remonta a la tragedia del Holodomor”.
El Holodomor (Голодомор en ucraniano y ruso) fue uno de los grandes genocidios del siglo XX. Cerca de 8 millones de ucranianos murieron de hambre durante el régimen estalinista.
Los ucranianos, afirman estos jóvenes seminaristas “no queremos vivir en un país que solo invade y no se desarrolla. Los objetivos de los ucranianos son opuestos a los de Putin. Queremos ser libres. Y pedimos que el mundo nos libere de esta oscuridad.
El papel de la Iglesia greco-católica ucraniana
Tanto Bohdan como Ihor pertenecen a la Iglesia greco-católica ucraniana. Una Iglesia católica de rito oriental que ha desempeñado un papel muy importante en la preservación y el desarrollo de la cultura, de la fe y del pensamiento de los pueblos eslavos desde el comienzo del cristianismo en la Rus’ de Kiev.
Durante la etapa soviética, la Iglesia greco-católica ucraniana permaneció en la clandestinidad. “Los sacerdotes de nuestra Iglesia estuvieron en prisión, torturados y asesinados por reconocer a Ucrania como una identidad específica y ser parte de la Iglesia católica de rito griego” recuerda Ihor. Ahora, ambos, junto a sus compañeros del Colegio Basiliano de San Josafat de la Iglesia Greco-católica ayudan en la medida de sus posibilidades y sobre todo, piden oraciones y ayuda para acabar lo antes posible con este conflicto y socorrer a los millones de sus conciudadanos que han tenido que abandonar sus casas, trabajos y familias por el conflicto.