Vaticano

Doctrina social, santa Ana y san François de Laval: Segunda etapa del viaje papal

Francisco buscó inyectar esperanza a los autóctonos, optimismo a los presbíteros, y doctrina social a los políticos, en la etapa francófona de su peregrinación penitente.

Fernando Emilio Mignone·29 de julio de 2022·Tiempo de lectura: 8 minutos

Foto: final de la Misa en Santa Ana

El Papa Francisco continúa su visita a Canadá, que él mismo ha denominado peregrinación penitencial. En esta segunda etapa en la provincia de Québec, el Papa ha mantenido un encuentro con autoridades canadienses, la celebración de la Santa Misa para autóctonos y otros peregrinos en un santuario en Beaupré, y las Vísperas con el clero y agentes pastorales. Hoy termina su visita a esta provincia mayoritariamente de habla francesa, y vuela a Iqaluit.

Lección magistral sobre doctrina social

El Papa primero escuchó al Primer ministro Justin Trudeau y después a la Gobernadora general, de origen inuit, Mary Simon (representante de la Reina Elizabeth II y sentada a la derecha del Pontífice – en el corazón del Québec autonomista).

Francisco pronunció una lección magistral sobre doctrina social de la Iglesia. Eso fue el 27 de julio a las 5 de la tarde, antes de que Bergoglio se sumergiera con su papamóvil en un baño de gente – los miles de entusiastas que lo seguían en pantalla gigante en el histórico parque Las Llanuras de Abraham (donde en 1759 los ingleses derrotaron definitivamente a los franceses). La alocución del jefe del Estado del Vaticano fue dada en un ambiente protocolar. Se veía que el Papa había hecho sus deberes. Quiso inspirarse en el símbolo canadiense por excelencia, la hoja de arce.

Ya “los pueblos nativos extraían de los arces savia con la que elaboraban nutritivos jarabes. Con su laboriosidad fueron atentos a salvaguardar la tierra y el medio ambiente, fieles a una visión armoniosa de la creación… que enseña al hombre a amar al Creador y a vivir en simbiosis con los demás seres vivos. Hay mucho que aprender de su capacidad de escuchar a Dios, a las personas y a la naturaleza. Lo necesitamos … en el torbellino … actual, caracterizado por una constante “rapidación”, que dificulta un desarrollo verdaderamente humano, sostenible e integral (ver Laudato si’, 18), terminando por generar una “sociedad del cansancio y de la desilusión”, que necesita la contemplación, el sabor genuino de las relaciones.” 

“Las grandes hojas de arce… absorben el aire contaminado y restituyen oxígeno, nos maravillan con la belleza de la creación y … los sanos valores presentes en las culturas indígenas son una inspiración para todos nosotros y nos pueden ayudar a sanar los dañinos hábitos de explotar… la creación, las relaciones, el tiempo.”

Volvió por enésima vez a pedir perdón, deplorando las políticas pasadas de asimilación y desvinculación y desculturación (el neologismo es mío). Repitió que “es trágico cuando algunos creyentes, como ocurrió en ese período histórico, no se adecuan al Evangelio sino a las conveniencias del mundo. Fue un deplorable sistema promovido por las autoridades gubernamentales de la época” y no por las iglesias católica, anglicana y presbiteriana (uno sobreentiende). 

Además de esto, el profesor de filosofía política hizo dos aclaraciones. Primero, que los cristianos también hicieron muchísimo bien. La fe desempeñó un papel esencial en la conformación de los más altos ideales canadienses. Segundo, que las autoridades actuales pueden estar pecando de lo mismo. Por supuesto, lo dijo todo muy diplomáticamente, pero ya se sabe que el que señala con el índice se acusa con el del medio, el anular y el meñique.

Citando a su querida Querida Amazonia, el profesor dio lección a los presentes acusadores de pasado sobre la colonización ideológica actual. No “faltan hoy colonizaciones ideológicas que … sofocan el apego natural a los valores de los pueblos, intentando desarraigar sus tradiciones, su historia y sus vínculos religiosos. Es una mentalidad que presume de haber superado ‘las oscuras páginas de la historia’”.

Por ejemplo, en Québec, se habla a menudo de la grande noirceur de antes de 1960. Esa mentalidad origina la cultura de la cancelación, que juzga el pasado sólo en función de algunas categorías actuales. Así se implanta una moda cultural que estandariza todo y que no tolera las diferencias, que se centra sólo en el momento presente, en las necesidades y los derechos de los individuos: descuida los deberes hacia los más débiles y frágiles: los pobres, los emigrantes, los mayores, los enfermos, ¡los no nacidos! Canadá es el único país del mundo, que yo sepa, que no regula el aborto, es decir, que admite la ley de la jungla en este tema. No sólo eso sino se precia de exportar el aborto, y de esa manera coloniza. El Papa insistió que esos débiles son olvidados por las sociedades del bienestar y que “en la indiferencia general, son descartados como hojas secas para ser quemadas”.

Además, así como cada hoja de árbol es esencial para el rico follaje multicolor del bosque, así también la sociedad no debe ser uniformizada sino abierta e inclusiva. Cada familia es célula fundamental de la sociedad y el futuro de la humanidad se fragua en la familia. Sin embargo, se ve amenazada por todo tipo de factores. “Que el mal sufrido por los pueblos indígenas, y del que hoy nos avergonzamos, nos sirva de advertencia hoy, para que no se deje de lado el cuidado y los derechos de la familia en nombre de eventuales necesidades productivas e intereses individuales.”

La hoja de arce todavía le dio ocasión al papa para disertar sobre el ecologismo (Canadá obtiene una nota muy alta, según él) y sobre la locura de la guerra y la necesidad del desarme (nota más baja quizá): ”No necesitamos dividir el mundo en amigos y enemigos, distanciarnos y armarnos hasta los dientes: no será la carrera armamentística ni las estrategias de disuasión las que traigan la paz y la seguridad.” En un twit, Trudeau dijo que él había hablado ayer con el Papa y su Secretario de Estado Pietro Parolin sobre temas como Ucrania y la inseguridad alimentaria. El gobierno del Partido liberal de Trudeau a veces da la impresión de seguir las encuestas. A eso también se refirió el Papa:”la política no puede quedar prisionera de los intereses partidistas. Hay que saber mirar, como enseña la sabiduría indígena, a las siete generaciones futuras, no a la conveniencia inmediata, a los plazos electorales o al apoyo de los lobbies. Y también valorar los deseos de fraternidad, justicia y paz de las jóvenes generaciones.” Recordó que la Iglesia católica atiende a los más frágiles y sirve a favor de la vida humana en todas sus etapas, desde la concepción hasta la muerte natural.

Peregrinación a Sainte-Anne-de-Beaupré

En 1658 el barco de unos marinos bretones se hundía cerca de la costa de la Nueva Francia, hoy Québec. Prometieron a Santa Ana que si se salvaban le construirían una capilla, que fue el origen de la actual Basílica, edificada en el pasado siglo. Los autóctonos enseguida se enamoraron de la abuela de Jesús, y el Papa esta mañana le dedicó una mirada prolongadísima, de nieto devoto. Cuando eso hacía desde su silla de ruedas al acabar la misa de reconciliación, una señora indígena subió espontáneamente al altar y puso en sus brazos a su hijito visiblemente deformado. Momento icónico.

Omnes habló hoy con dos peregrinos que visitaron la Basílica por primera vez, ambos viajando de la provincia de Ontario en auto durante más de diez horas. Tiffany Taylor, joven trabajadora social de origen Ojibway, fue con una docena de  indígenas de una reserva de la ciudad de Sudbury, ninguno de ellos católicos. “Mi lengua se preserva pero yo no la hablo. Ahora se enseña en las escuelas, incluso a no nativos. Cerca de nosotros hubo un internado católico. Me duele lo que sufrieron mis antepasados torturados.” El 70 % de los que asistieron dentro de la Basílica eran autóctonos. Otros miles de personas, con entradas gratuitas pero difíciles de conseguir, se congregaron afuera.

Tiffany Taylor, trabajadora social de origen Ojibway,

Father Scott Giuliani, SOLT, es misionero canadiense en Belice desde 2014. Viajó a Santa Ana desde cerca de Toronto. “En los últimos años ha crecido la influencia en la zona del Caribe de países ricos que presionan para introducir valores extraños a la gente. Nuevas definiciones de derechos humanos basadas en una nueva antropología, no en el derecho natural. La ideología de género y la presión para cambiar la legislación local son ejemplos de una colonización ideológica que tiene lugar ahí. Esta intromisión de ideas causa mucho daño a la cultura. En Belice, el gobierno canadiense ha usado una parte de su ayuda externa para exportar valores ideológicos.”

Father Scott es misionero canadiense en Belice

El Papa, al predicarla, señaló que su homilía podría intitularse: “Del fracaso a la esperanza”. Comentó el episodio al final del Evangelio de Lucas en que dos discípulos desencantados de Jesús se escapan de Jerusalén. Dijo que Cristo resuelve nuestras tragedias a través de su misterio pascual. Es la única manera de salir adelante en situaciones como la histórica colonización de los indígenas. El resentimiento no sana. Hay que evitar acusarse mutuamente, como Adán y Eva después de pecar, o tener una discusión estéril, como la de los dos caminantes. La única salida, para que haya una verdadera reconciliación, es la que Jesús explica a sus dos discípulos. Cristo nos da una salida del laberinto de nuestra historia. La Eucaristía sana. Emaús muestra la tentación de la huida – que es evasión, no resolución. Jesús vino a caminar con nosotros.

“No hay nada peor, ante los reveses de la vida, que huir para no afrontarlos. Es una tentación del enemigo, que amenaza nuestro camino espiritual y el camino de la Iglesia; nos quiere hacer creer que la derrota es definitiva, quiere paralizarnos con la amargura y la tristeza, convencernos de que no hay nada que hacer y que por tanto no merece la pena encontrar un camino para volver a empezar.”

“También nosotros que compartimos la Eucaristía en esta Basílica podemos releer muchos acontecimientos de la historia. En este mismo lugar hubo ya tres templos, pero también hubo personas que no se echaron atrás ante las dificultades, y fueron capaces de volver a soñar a pesar de sus errores y los de los demás. Así, cuando hace cien años un incendio devastó el santuario, ellos no se dejaron vencer, construyendo este templo con valor y creatividad. Y todos los que comparten la Eucaristía desde las cercanas Llanuras de Abraham (por pantalla gigante), también pueden percibir el ánimo de aquellos que no se dejaron secuestrar por el odio de la guerra, de la destrucción y del dolor, sino que supieron proyectar de nuevo una ciudad y un país.” Se refiere a la ciudad de Québec y al país de Canadá, construidos pacíficamente desde 1759.

El Papa durante las Vísperas en la Catedral de Notre Dame de Quebec ©CNS photo/Paul Haring)

Inyección de optimismo a obispos y sacerdotes

Finalmente hoy, en la Catedral Notre-Dame de Québec, el Papa puso el dedo en la llaga del mayor obstáculo para reevangelizar Canadá – y especialmente Québec, que fuera un bastión del catolicismo desde su fundación explícitamente misionera a partir de 1608, hasta los años 1960. Francisco pronunció una homilía durante la oración de vísperas a casi cien obispos, a muchos más curas, y a otros, y les habló del secularismo. De que no es verdad de que todo tiempo pasado fuera mejor.

Recordó el Sumo Pontífice que ésa era la catedral de la sede primada de Canadá, cuyo primer obispo, san François de Laval, abrió el Seminario en 1663. Les habló de la responsabilidad de pastorear y de evangelizar, que siempre da alegría. No hay que ser funcionarios de lo sagrado. Les animó a predicar de manera viva a un Jesús vivo, a ser testigos creíbles, a evitar a toda costa una tentación diabólica muy actual: la del pesimismo negativo. La mundanidad es mala pero el mundo es bueno. Habló de humildad, y de manera especial de fraternidad.

Lo primero es “dar a conocer a Jesús. En los desiertos espirituales de nuestro tiempo, generados por el secularismo y la indiferencia, es necesario volver al primer anuncio.” Citó al filósofo montrealense Charles Taylor: la secularización es “la oportunidad para recomponer la vida espiritual en nuevas formas y también para nuevas maneras de existir.” 

“De este modo”, continuó Bergoglio, “mientras la mirada que discierne nos hace ver las dificultades que tenemos en transmitir la alegría de la fe, nos estimula a volver a encontrar una nueva pasión por la evangelización, a buscar nuevos lenguajes.”

Concluyó de la siguiente manera. “Por favor, no nos encerremos en el ‘retroceso’, ¡sigamos adelante con alegría! Pongamos en práctica estas palabras que dirigimos a san François de Laval:

Tú fuiste el hombre del compartir,
visitando a los enfermos, vistiendo a los pobres,
combatiendo por la dignidad de los pueblos originarios,
sosteniendo a los misioneros cansados,
siempre pronto a tender la mano a los que estaban peor que tú.
Cuántas veces tus proyectos fueron destrozados,
pero siempre, tú los pusiste de nuevo en pie.
Tú habías entendido que la obra de Dios no es de piedra,
y que, en esta tierra de desánimo,
era necesario un constructor de esperanza.

Les agradezco todo lo que hacen y los bendigo de corazón. Por favor, sigan rezando por mí.” A lo que siguió una verdadera y emotiva ovación.

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