Santiago Portas Alés es el director de Instituciones Religiosas y Tercer Sector del Banco Sabadell. Esta entidad lleva más de 45 años atendiendo a diócesis, congregaciones, colegios y todo tipo de instituciones religiosas en lo referente a su gestión económica.
Con más de veinte años de experiencia en el sector, el sevillano Santiago Portas es más que la cara conocida de una institución, es, para muchos párrocos, religiosos y religiosas y personas del tercer sector, un amigo y una persona de confianza en el complicado mundo de la gestión económica de estas instituciones. Casado y padre de dos hijos, Portas cursó la diplomatura en Ciencias Empresariales y el programa de Liderazgo social de IESE. Además es director académico del curso de asesor financiero para Instituciones Religiosas y Tercer sector de la universidad Francisco de Vitoria y profesor en el curso de Experto en Liderazgo y Gestión de Centros Educativos de la Fundación Edelvives. Junto a ello, desarrolla una amplia labor de voluntariado y asesoramiento en diferentes iniciativas de la Iglesia y con Entidades del Tercer Sector.
Sabadell es, desde hace años, un referente en lo que se refiere a la gestión financiera de las Instituciones Religiosas y el Tercer Sector. ¿Cuál ha sido la receta para alcanzar ese liderazgo?
–En Banco Sabadell llevamos más de 45 años atendiendo de forma segmentada a estos colectivos desde la cercanía y la especialización, escuchando sus necesidades para dar respuestas ágiles a través de nuestros equipos de especialistas distribuidos por toda la geografía española.
En mi opinión los ingredientes de la receta son gran cercanía, buenos productos y un excelente equipo de personas.
¿Cómo han logrado ganar la confianza en un ámbito donde cuesta tanto establecer relaciones?
–Es verdad que cuesta entrar en la gestión de estos clientes, principalmente porque cuando están bien atendidos no tienen la necesidad del cambio. Prefieren relaciones de largo plazo y de confianza y ahí es donde hemos trabajado especialmente en los últimos años.
Nuestros equipos, que solo gestionan clientes de ambos colectivos, tienen la formación adecuada en materia financiera y de las especificidades de estos clientes y además tienen una sensibilidad por estos colectivos que supone un valor añadido a la hora de crear relaciones y hacerlas duraderas en el tiempo.
Somos un Banco que buscamos relaciones a largo plazo y esto encaja a la perfección con las necesidades de nuestros clientes.
Una de las características de esta tarea en su caso es el conocimiento y trato personalizado a cada cliente. ¿Cómo logra este trato personalizado en un mundo que tiende a lo contrario, aún más en el ámbito financiero?
–El sector financiero tiene colgado el sambenito de impersonal pero yo creo que es todo lo contrario. Hoy en día los clientes reciben una atención más profesional y personalizada y tienen a su disposición un sinfín de canales para comunicarse con los gestores.
Eso sí, las personas somos y seremos siempre un valor diferencial dentro de cualquier sector, generamos entre otros confianza y transparencia y aportamos compromiso. En mi caso, creo que estos valores son fundamentales para fortalecer las relaciones; si esto falta, el resto nunca podrá destacar.
Ahora bien, todo esto llega con el tiempo. Llevo más de dos décadas en el sector financiero y los últimos diez años dedicado en exclusiva a la gestión de instituciones religiosas y entidades del Tercer Sector.
Esto no se hace “de un día para otro”, como se suele decir, los tiempos de la “Iglesia son diferentes”, y hay que saber cultivar las virtudes como la prudencia, fortaleza, templanza, humildad, generosidad, paciencia y como no, la gratitud.
Me gusta decir que, desde nuestro Segmento, llevamos el Evangelio al mundo de las finanzas. Para mí, el mejor manual de management de la historia, el que deberían de seguir todos los directivos, es la Biblia.
¿Qué necesidades se atienden desde el Segmento de Instituciones Religiosas y Tercer Sector y a qué tipo de instituciones se dirigen?
–Somos un Banco y nuestro core es ofrecer productos financieros. Dentro de las necesidades de nuestros clientes existe un abanico muy extenso fruto de la diversidad de entidades que gestionamos, todas las confesiones, entidades del tercer sector, fundamentalmente fundaciones y ONGs de carácter social y asistencial, atendemos a parroquias, hospitales, colegios, universidades, residencias, diócesis y congregaciones y el resto de las realidades de la iglesia, así como sus obras.
Fijamos con ellos un marco de condiciones que está muy afinado de cara a las necesidades que tienen, a través de convenios damos cobertura a todo lo que depende de cada institución.
Me gusta usar el símil del paraguas ya que se pueden beneficiar todas las instituciones dependientes de la principal, tratando por igual a un Cabildo que a la parroquia más humilde dentro de una diócesis, esto es fundamental.
También incluimos condiciones para sacerdotes, la vida religiosa, trabajadores y familiares de hasta primer grado de estos últimos.
Ustedes, además, ponen mucho acento en la formación de los ecónomos y administradores de estas entidades. ¿Qué resumen haría de los cursos de asesoramiento financiero para entidades religiosas y el tercer sector?
–La formación es una palanca necesaria para la mejora en todos los ámbitos de la vida. Desde el banco hacemos un esfuerzo importante para tener un recorrido formativo de todos los equipos para que les ayude en su crecimiento personal y profesional.
En 2020 desde el Segmento de Instituciones Religiosas le propusimos a la Dirección de Recursos Humanos del banco implementar una formación que incluyese materias adaptadas a las necesidades de las instituciones religiosas y entidades del tercer sector, una formación que no solo complementara al equipo de gestores del banco sino que viniera también a ser una herramienta que proporcionara a nuestros clientes un conocimiento amplio y transversal dentro del ámbito de la gestión y en particular las finanzas.
Fruto de ello y de la colaboración con la Universidad Francisco de Vitoria pusimos en marcha el primer curso de Asesor Financiero para Instituciones Religiosas y Tercer sector, un curso completamente online, que permite conciliar con el trabajo y la familia, con siete módulos muy diferentes y necesarios, los más de 1.100 alumnos que lo han realizado han podido estudiar la estructura de la Iglesia, fiscalidad, patrimonio, formarse en Doctrina Social de la Iglesia, gestión de proyectos de cooperación al desarrollo y acción social, gestión de patrimonio financiero y compliance y blanqueo de capitales.
La propuesta ha tenido una excelente acogida tanto en las instituciones religiosas como en las entidades del tercer sector, con una valoración por parte de los alumnos cercana al sobresaliente.
En becas se han exonerado en matrículas a los alumnos en más de 500.000 euros, fue deseo de la Universidad y del Banco no lucrarse con la formación, era un proyecto desde la Iglesia y para la Iglesia.
Pronto estará abierta una nueva convocatoria, en la que esperamos de nuevo una gran afluencia de alumnos, sigue habiendo mucho interés y necesidad formarse.
¿Qué cree que diferencia un asesoramiento a estas entidades de la que se puede hacer a otro tipo de entidades civiles?
–Hay una diferencia fundamental, las instituciones religiosas, aunque tienen cif, no son empresas, no hay ánimo de lucro, su misión no es económica.
La Iglesia católica es la institución más antigua del mundo, como decía antes, sus tiempos son diferentes y su visión es de muy largo plazo, esto hay que entenderlo y mimetizarlo dentro de la gestión que tiene que ser compatible con el ADN del banco.
He tenido la suerte de trabajar en dos de las entidades que más presencia y antigüedad han tenido en la gestión de estos colectivos dentro del ámbito financiero y que han sabido entender en su totalidad esta idiosincrasia de las Instituciones religiosas y llevarlas al modelo de gestión y relación.
Mi experiencia me hace comprender que no se pueden gestionar del mismo modo colectivos con diferencias notables, en Sabadell somos especialistas en adaptar la oferta de producto y gestión a cada colectivo, un traje a medida confeccionado desde la escucha.
Nuestra máxima es estar siempre cerca del cliente y sus necesidades, escucharlos y dar respuestas ágiles e innovadoras, esto nos ha llevado a ser actualmente el referente de la gestión dentro del mundo financiero, con sencillez, humildad y teniendo siempre en el centro a nuestros clientes, en definitiva, a las personas.