La Santa Sede ha hecho público un breve comunicado, en italiano y en alemán, con claras advertencias para el denominado Camino Sinodal de Alemania, al que recuerda que no posee “prerrogativas para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevas orientaciones doctrinales y morales”. El comunicado recalca que parece necesario aclarar estos puntos para “salvaguardar la libertad del Pueblo de Dios y el ejercicio del ministerio episcopal”. La intención del Camino Sinodal de tomar decisiones respecto de la dirección de la Iglesia, los ministerios o la enseñanza moral, al margen de Roma y de la Iglesia universal, así como del proceso mundial sinodal, carece de todo fundamento. Antes bien, las propuestas del Camino Sinodal deben dirigirse al proceso sinodal universal.
El remitente del escrito es “la Santa Sede” y no un dicasterio concreto del Vaticano; emana por tanto de la autoridad suprema de la Iglesia, con el refrendo del Papa, de quien se cita una frase clave de la “Carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania”, que el Papa Francisco envió en 2019. La declaración se ha realizado antes de la celebración de la cuarta Asamblea del Camino Sinodal, en Fráncfort del 8 al 10 de septiembre. Tiene el siguiente tenor literal:
“Para salvaguardar la libertad del Pueblo de Dios y el ejercicio del ministerio episcopal, parece necesario aclarar lo siguiente: el «Camino Sinodal» en Alemania no está facultado para obligar a los obispos y a los fieles a adoptar nuevas formas de gobierno y nuevas orientaciones doctrinales y morales.
La carta del Papa al camino sinodal
No sería admisible introducir nuevas estructuras o doctrinas oficiales en las diócesis antes de que se haya alcanzado un acuerdo a nivel de la Iglesia universal, pues constituiría una violación de la comunión eclesial y una amenaza para la unidad de la Iglesia. En este sentido, el Santo Padre recordó en su carta al Pueblo de Dios que peregrina en Alemania: «La Iglesia universal vive en y de las Iglesias particulares, así como las Iglesias particulares viven y florecen en y de la Iglesia universal; si se separaran de la Iglesia universal, se debilitarían, perecerían y morirían. De ahí la necesidad de mantener siempre viva y eficaz la comunión con todo el cuerpo de la Iglesia».
Por ello, es deseable que las propuestas del camino de las Iglesias particulares en Alemania desemboquen en el proceso sinodal por el que transita la Iglesia universal, para contribuir al enriquecimiento mutuo y dar testimonio de la unidad con la que el Cuerpo de la Iglesia manifiesta su fidelidad a Cristo Nuestro Señor.””
Esta declaración de la Santa Sede se produce después de que obispos de todo el mundo hayan dirigido escritos a la Conferencia Episcopal alemana expresando su preocupación por la deriva del Camino Sinodal: tanto el Presidente de la Conferencia Episcopal polaca como los Obispos de los países nórdicos, primero, como –en abril– una carta dirigida por más de 100 cardenales y obispos de todo el mundo, fundamentalmente de Estados Unidos y África, advertían de que los cambios radicales en la doctrina de la Iglesia que propugna el proceso pueden conducir al cisma. En junio, el cardenal Walter Kasper –a quien se considera cercano al Papa Francisco–, advirtió que el proceso alemán corría realmente ese riesgo si no hacía caso a esas objeciones.
Una nueva advertencia
El comunicado de la Santa Sede se ha producido además una semana después de que la Presidenta del Comité Central de los Católicos Alemanes (ZdK) –y del Camino Sinodal–, Irme Stetter-Karp, escribiera un artículo de opinión en un semanario de gran tirada en que decía que “ha de posibilitarse el aborto en todo el país”, incluyendo que era necesaria una “reflexión sobre cómo garantizar la oferta en toda Alemania, también en regiones rurales, lo que incluiría asimismo la formación de los estudiantes de Medicina”.
El responsable de prensa de la Conferencia Episcopal Alemana, Matthias Kopp, rechazó inmediatamente esa demanda: “la posición de la presidenta del ZdK, Irme Stetter-Karp, sobre la necesidad de ofrecer el aborto a nivel nacional contradice la posición de la Conferencia Episcopal Alemana. En lugar de hacer posible el aborto en todo el país, necesitamos una oferta de asesoramiento cualificado para las mujeres”. Al día siguiente, Stetter-Karp rechazó a su vez la declaración de Matthias Kopp: “Si, tras un asesoramiento, la mujer decide interrumpir el embarazo”, eso debería de ser posible: “el derecho de autodeterminación no sirve de nada si existen obstáculos insuperables”. Dichas declaraciones han llevado a una recogida de firmas para pedir la dimisión de Stetter-Karp como presidenta del ZdK.
Y más recientemente aún, el 18 de julio, el Secretario del Camino Sinodal Marc Frings ha declarado que este quiere cambiar la doctrina de la Iglesia sobre la homosexualidad: el Camino Sinodal, con sus textos, es “un pronunciamiento consciente” contra el Catecismo de la Iglesia Católica, “que desde mediados de los años setenta se enfrenta a la homosexualidad de forma crítica, despectiva y con la acusación de pecado”. En el escrito del Camino Sinodal al que hace referencia se recogen comentarios sobre “el cambio de opinión” –en relación con la doctrina católica– sobre el matrimonio y otros aspectos de la sexualidad.