La fiesta de San Josemaría Escrivá se celebró el 26 de junio en la catedral de San Patricio de Nueva York, y su Eminencia, el Cardenal Timothy Dolan, fue el celebrante principal, que habló de su vida, su legado y el Opus Dei.
Hombre de oración, reflexión y gran alegría, san Josemaría Escrivá sintió siempre el anhelo de hacer más, y lo hizo. Creía que todos los hombres podían llegar a ser santos viviendo vidas ordinarias en el mundo ordinario. Y en su homilía, el cardenal Dolan mencionó algunas de las muchas razones para ensalzar los dones de san Josemaría.
El cardenal Dolan comenzó la Misa expresando su gratitud hacia el Opus Dei, su carisma y misión. Compartió cómo, en la archidiócesis de Nueva York, «he llegado a conocer y amar la vocación inspirada por san Josemaría Escrivá». Se refirió al difunto santo como un «profeta precoz de la llamada universal a la santidad». Su legado espiritual pervive a través de muchos de los «queridos hombres y mujeres del Opus Dei».
La identidad del Opus Dei en lo cotidiano
Su Eminencia ofreció tres puntos de vista sobre su misión y elogió el énfasis del Opus Dei en lo que es silencioso, su énfasis en lo que es invisible y su estrategia de evangelización.
«Vosotros, hijos e hijas de san Josemaría, no lleváis ningún hábito religioso distintivo; no tenéis ninguna identidad abiertamente religiosa en vuestra residencia; contestáis al teléfono, no con una cortés [respuesta] de un título, apostolado o parroquia… sino normalmente con un simple hola».
Además, el Cardenal Dolan elogió al Opus Dei por evitar cualquier afiliación con «relaciones públicas escurridizas y ruidosas». Recordó que nuestro Señor «prefería dejar que la gente descubriera quién era por sus acciones, y conociéndole mejor, y no difundiéndolo ….». Y continuó: «Él guardaba silencio sobre su identidad, y vosotros también, y eso me gusta».
La importancia de lo que no se ve
Inició la segunda parte de lo que llamó la «trifecta» alabando el enfoque del Opus Dei en lo que es «invisible». Comparó a San Josemaría, y a sus seguidores, con los apóstoles del Evangelio de la tarde. «Los apóstoles… no actúan sobre lo verificable… basaron sus acciones en los mandatos de Jesús, y vosotros también».
El cardenal Dolan concluyó su homilía evocando a la Madre Teresa y alabando la misión del Opus Dei y su capacidad para evangelizar «uno a uno, alma a alma». Cuando alguien preguntó a la Madre Teresa cómo se podía erradicar la pobreza global, ella respondió: «No es la pobreza global lo que trato de resolver; es alimentar, vestir y amar a esta persona pobre en mis brazos, en la cuneta ahora mismo.»
Elogió a san Josemaría y dijo que el santo y el carisma del Opus Dei comparten la sabiduría de Jesucristo.