Estados Unidos

Orar por la reparación de los pecados en la fiesta del Sagrado Corazón

Este 16 de junio la Iglesia católica celebra la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús y los obispos estadounidenses han mandado un mensaje a todos los cristianos para hacer actos de reparación.

Paloma López Campos·16 de junio de 2023·Tiempo de lectura: 2 minutos
Sagrado Corazón

Vidriera con una representación del Sagrado Corazón de Jesús y el Inmaculado Corazón de María (OSV News photo / Sam Lucero)

El 16 de junio de 2023 celebra la Iglesia católica la Solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús. El presidente de la Conferencia episcopal estadounidense, el cardenal Timothy M. Dolan y el arzobispo de Los Ángeles han publicado un mensaje pidiendo actos de reparación con motivo de la Solemnidad.

La invitación de los obispos recuerda “el amor de Cristo por nosotros, que es visible de modo especial en la imagen de su corazón traspasado, y rezamos para que nuestros propios corazones se conformen al suyo, llamándonos a amar y respetar a todos los suyos”.

El mensaje episcopal menciona el homenaje realizado por un equipo de béisbol a un grupo que se burló de Cristo, la Virgen María y las mujeres consagradas. Esto es algo que no es “solo ofensivo y doloroso para los cristianos de todo el mundo; es una blasfemia”.

Debido a esto, los obispos convocan a los cristianos a rezar las letanías del Sagrado Corazón como acto de reparación. Las letanías pueden encontrarse en inglés AQUÍ, o en español en la página de EWTN.

Amor divino

El Papa Pío XII publicó en el año 1956 una encíclica sobre el culto al Sagrado Corazón de Jesús, «Haurietis Aquas«. En ella menciona «las riquezas celestiales que el culto tributado al Sagrado Corazón infunde en las almas: las purifica, las llena de consuelos sobrenaturales y las mueve a alcanzar las virtudes todas».

Pío XII señaló que «el adorable Corazón de Jesucristo late con amor divino al mismo tiempo que humano». Y la herida en este Corazón infligida en la Cruz es «la imagen vida de aquel amor espontáneo por el que Dios entregó a su Unigénito para la redención de los hombres, y por el que Cristo nos amó a todos con tan ardiente amor, que se inmoló a sí mismo como víctima cruenta en el Calvario».

Debido a esto, el Papa afirmó en la encíclica que «porque el Corazón de Cristo se desborda en amor divino y humano, y porque está lleno de los tesoros de todas las gracias que nuestro Redentor adquirió por los méritos de su vida, padecimientos y muerte, es, sin duda, la fuente perenne de aquel amor que su Espíritu comunica a todos los miembros de su Cuerpo Místico».

Unirse al Corazón de María

La encíclica de Pío XII finalizaba con una alusión a la Santísima Virgen. El Santo Padre advirtió que «para que la devoción al Corazón augustísimo de Jesús produzca más copiosos frutos de bien en la familia cristiana y aun en toda la humanidad, procuren los fieles unir a ella estrechamente la devoción al Inmaculado Corazón de la Madre de Dios».

La voluntad divina quiso que «en la obra de la Redención humana, la Santísima Virgen María estuviese inseparablemente unida con Jesucristo; tanto, que nuestra salvación es fruto de la caridad de Jesucristo y de sus padecimientos, a los cuales estaban íntimamente unidos el amor y los dolores de su Madre».

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