La Asociación Nacional de Sacerdotes Hispanos de Estados Unidos celebra en Roma una convención del 14 al 17 de noviembre. El congreso que lleva como título “En diálogo con Pedro” incluyó el día 16 una audiencia con el Papa Francisco.
Durante el encuentro, el Santo Padre pronunció un discurso en el que habló sobre la apertura de la Iglesia, el Congreso Nacional Eucarístico y la necesidad de apoyarse en Cristo.
Al inicio de su intervención, Francisco expresó que “la Iglesia es una casa de puertas abiertas, a la que todos acuden desde oriente a occidente para sentarse en la mesa que el Señor nos ha preparado”. Por ello, el Papa advirtió del peligro de “la exquisitez eclesiástica”. Animó a los presentes a centrarse en lo esencial, en Jesús, a quien “hay que buscar en la Escritura y en el Evangelio, en la adoración silenciosa”.
El Pontífice también aprovechó el momento para mencionar el Congreso Nacional Eucarístico. Inspirándose en los dos modelos elegidos como patrones, el Papa resaltó a san Manuel González. Siguiendo el ejemplo de este sacerdote, Francisco instó a los asistentes a no abandonar a los que sufren ni al Señor en el Sagrario.
Servir con fe
El Papa animó a los sacerdotes a recuperar “el llamado de Jesús a servir”, a estar siempre a disposición de los demás, sin cerrarles la puerta. Concluyó su discurso invitando a los presentes a no poner “su confianza solo en las grandes ideas, ni en propuestas pastorales bien diseñadas”.
Francisco afirmó que siente terror “cuando vienen con todos los programas pastorales”. Al contrario, lo que pidió a los sacerdotes es que se abandonen “en Aquel que los ha llamado a entregarse, y les pide solamente fidelidad y constancia, con la certeza de que es Él quien lleva su obra a término y hará que sus esfuerzos den buenos frutos”.