Acabando el año que quedará marcado por la pandemia del coronavirus, la Santa Sede no deja de trabajar en todos los ámbitos. Y hoy hemos podido comprobar otro de sus frutos: ha sido promulgada la ley en forma de motu proprio que regula algunas competencias en materia económica y financiera de la Santa Sede, que cierra otra etapa de la tan esperada reforma de la Curia.
El Santo Padre ya había anticipado en una carta al secretario de Estado mons. Parolin la entrega a la Adminisitración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA) la gestión de los activos financieros e inmobiliarios.
Una mejor organización
El Papa asegura que «una mejor organización de la administración, control y supervisión de las actividades económicas y financieras de la Santa Sede, a fin de garantizar una gestión transparente y eficaz y una clara separación de competencias y funciones, es un punto fundamental en la reforma de la Curia«.
De este modo, y apoyándose en este principio, afirma el Santo Padre que la Secretaría de Estado, que le apoya más estrecha y directamente en su misión, y representa un punto de referencia esencial para las actividades de la Curia Romana, no debe desempeñar esas funciones en los asuntos económicos y financieros ya atribuidos por competencia a otros Dicasterios.
Traspaso de activos
Por tanto, esta nueva carta apostólica emanada el día de hoy por el Papa Francisco, recoge de manera concreta lo que ya había anunciado:
- A partir del 1 de enero, la titularidad de los fondos y de las cuentas bancarias, así como de las inversiones inmobiliarias, incluyendo las participaciones en sociedades y fondos de inversión pasarán a la Administración del Patrimonio de la Sede Apostólica (APSA).
- La Secretaría de Estado transferirá no más tarde del 4 de febrero, toda su disponibilidad líquida en cuentas corrientes atribuida al Instituto para las Obras de Religión en cuentas bancarias extranjeras.
- La APSA constituirá un crédito presupuestario denominado «Fondos Papales«, que formará parte del balance consolidado de la Santa Sede, para una mayor transparencia. Y contará con una contabilidad separada para el fondo «Óbolo de San Pedro» y del «Fondo Discrecional del Santo Padre«.
Hacia la transparencia total
Todos los fondos y la gestión económico-financiera será supervisada por la Secretaría para la Economía, como está definido por su propio estatuto y por la normativa vigente, con la única excepción de los entes para los que el Santo Padre haya dispuesto lo contrario.
Por último, la denominada Oficina Administrativa de la Secretaría de Estado mantiene únicamente los recursos humanos necesarios para llevar a cabo las actividades relacionadas con su administración interna, la preparación de su presupuesto y cuentas finales, y otras funciones no administrativas realizadas hasta la fecha.
Por lo tanto, queda patente el camino hacia una total transparencia de la gestión económica y financiera de la Santa Sede, en el marco de la reforma de la Curia Romana que está llevando a cabo el Papa Francisco.