En el día de la memoria litúrgica de san Pablo VI, al que ha calificado de “pastor ardiente de amor a Cristo”, el Papa Francisco ha iniciado en la Audiencia de esta mañana un nuevo ciclo de catequesis, con el tema “El Espíritu y la Esposa”, “en el que meditaremos que el Espíritu Santo guía al Pueblo de Dios al encuentro con Jesús, nuestra esperanza”. La Esposa es la Iglesia, ha añadido.
Para ello, según el Santo Padre, recorreremos “las grandes etapas de la historia de la salvación: el Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y el tiempo de la Iglesia”.
En estas primeras catequesis sobre el Espíritu en el Antiguo Testamento, “no haremos ‘arqueología bíblica’. Al contrario, descubriremos que lo que se da como promesa en el Antiguo Testamento se ha realizado plenamente en Cristo. Será como seguir el camino del sol desde el amanecer hasta el mediodía”, ha subrayado el Papa.
Del caos al cosmos, de la confusión a la armonía
En el relato de la creación del libro del Génesis, “el Espíritu de Dios se manifiesta como un poder misterioso que hace pasar al mundo del caos al cosmos, es decir, de la confusión a la armonía, transformando la tierra informe, vacía y tenebrosa en un lugar hermoso, limpio y ordenado. Este mismo Espíritu sigue actuando hoy en nosotros, dispuesto a ordenar el caos que puede haber en nuestra vida y en nuestro entorno”, ha manifestado el Pontífice.
El apóstol Pablo introduce un nuevo elemento en esta relación entre el Espíritu Santo y la creación. Habla de un universo que ‘gime y sufre como con dolores de parto'», según Romanos, 8,22. “Sufre a causa del hombre que lo ha sometido a la ‘esclavitud de la corrupción’. Es una realidad que nos concierne de cerca y de forma dramática. El Apóstol ve la causa del sufrimiento de la creación en la corrupción y el pecado de la humanidad que la ha arrastrado a su alejamiento de Dios. Esto sigue siendo tan cierto hoy como entonces”, ha añadido Francisco.
“Vemos los estragos que la humanidad ha causado y sigue causando en la creación, especialmente en la parte de ella que tiene mayor capacidad para explotar sus recursos. San Francisco de Asís nos muestra una salida, para volver a la armonía del Espíritu Creador: el camino de la contemplación y la alabanza. El Pobrecillo quería que desde las criaturas se elevara un cántico de alabanza al Creador: ‘Alabado seas, mi Señor…’.
Veni creator Spiritus, empezar por cada uno
“Hermanos y hermanas”, ha continuado el Papa, “el Espíritu de Dios, que en el principio transformó el caos en cosmos, está trabajando para llevar a cabo esta transformación en cada persona. A través del profeta Ezequiel, Dios promete: ‘Les daré un corazón nuevo; pondré un Espíritu nuevo dentro de ustedes… Pondré mi Espíritu dentro de ustedes’ (Ez 36:26-27)”
“Existe un caos externo -social y político- y un caos interno dentro de cada uno de nosotros. ¡El primero no puede curarse si no empezamos a curar el segundo! Que esta reflexión nos suscite el deseo de experimentar el Espíritu Creador. ¡Desde hace más de un milenio, la Iglesia ha puesto en nuestros labios el grito para pedir: ‘Veni creator Spiritus!’, ¡Ven, oh Espíritu Creador! Visita nuestras mentes. Llena de gracia celestial los corazones que has creado’”.
Corpus Christi
En sus palabras a los peregrinos de diversas lenguas, el Papa Francisco ha recordado que estamos “cercanos a la solemnidad del Corpus Christi. Pidamos al Señor que su Espíritu de amor haga de nosotros una ofrenda permanente, para gloria de Dios y bien de su Pueblo santo. Que Jesús Sacramentado los bendiga y la Virgen Santa, sagrario purísimo de su presencia, los cuide” (lengua española).
También a los de lengua alemana: ”Queridos peregrinos de habla alemana, la inminente solemnidad del Corpus Domini nos invita a adorar con fe viva el Cuerpo y la Sangre de Cristo. En el misterio de la Eucaristía se hace presente mediante el Espíritu Santo para permanecer siempre con nosotros y transformar nuestras vidas”.
A los de lengua polaca, el Papa ha dirigido “un pensamiento especial a los peregrinos reunidos en Roma en memoria orante del beato cardenal Stefan Wyszyński, que es para la Iglesia en Polonia y en el mundo un modelo de fidelidad a Cristo y a la Virgen. Aprendamos de él la generosidad para responder a la pobreza de nuestro tiempo, incluida la causada por la guerra en muchos países, especialmente en Ucrania”.
Ya en lengua italiana. Francisco, que ha rezado por las víctimas del corrimiento de tierras en Papúa Nueva Guinea, ha dirigido una oración “por la martirizada Ucrania, por las niñas y niños que han padecido todo tipo de problemas físicos, a causa de la guerra, niños y niñas que tienen que volver a aprender a caminar, para moverse, que han perdido la sonrisa. Es muy feo cuando un niño pierde la sonrisa”.
“Recemos por los niños ucranianos, por los de Palestina e Israel, para que termine la guerra…, y no olvidemos a Myanmar, y a tantos países que están en guerra. Los niños en la guerra sufren. Pidamos al Señor que esté cerca de todos ellos y recemos por la paz”, ha concluido el Papa.