La Asamblea Sinodal continental, en la que participarán las Iglesias católicas de toda Europa, se celebrará en Praga (República Checa) del 5 al 12 de febrero próximos. Estará coordinado por el Consejo de las Conferencias Episcopales del Continente (CCEE), en colaboración con la Conferencia Episcopal del país anfitrión y la archidiócesis de la capital.
A ella asistirán unos 200 delegados, entre ellos representantes de las Iglesias locales y exponentes de las realidades eclesiales más representativas a nivel europeo (del 5 al 9 de febrero), así como los 39 presidentes de las Conferencias Episcopales (del 9 al 12 de febrero). Otros 390 delegados participarán de manera online. Durante la asamblea, comunidades de vida contemplativa de toda Europa realizarán una adoración silenciosa continua para acompañar los trabajos.
Al anunciar y presentar la iniciativa, el arzobispo de Vilna y presidente de la CCEE, Gintaras Grušas, habló de “una oportunidad para renovar nuestra misión de anunciar a Jesús”, el que en el tiempo de hoy y especialmente en Europa representa “la respuesta más verdadera y urgente a los numerosos desafíos actuales”.
El logotipo de la etapa europea
El logotipo elegido para la etapa continental del Sínodo en Europa retoma el logotipo oficial del Sínodo General, la diversidad del Pueblo de Dios en camino, que en este caso atraviesa el puente de Carlos, símbolo de Praga; a la derecha está la torre del puente de la ciudad vieja (lugar por donde pasó el rey el día de su coronación), mientras que a la izquierda se perfila la catedral de San Vito, Wenceslao y Adalberto, los lugares más sagrados de la capital y de toda la República y donde se celebrará la asamblea de febrero. El símbolo del puente también pretende representar la conexión entre orillas y mundos divididos, que el propio concepto de sinodalidad ayuda a superar estableciendo relaciones.
“Este Sínodo no debe privarnos del deseo de ser nuevos misioneros”, confió el cardenal Jean-Claude Hollerich, arzobispo de Luxemburgo y relator general de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos, en un reciente discurso.“La misión de la Iglesia es anunciar a Cristo, proclamar nuestro compromiso con la creación, sino también por la justicia y la paz, y el compromiso de todo el pueblo de Dios”.
Las siete reuniones internacionales
Según explicó en su momento la Secretaría General del Sínodo, la Asamblea Sinodal Continental Europea es uno de los siete encuentros internacionales que las Conferencias Episcopales de las principales regiones del mundo celebrarán hasta el verano del próximo año, para reflexionar sobre el Documento para la Etapa Continental surgido de la consulta previa 2021/2022 (etapa nacional). Las demás regiones son América Latina y el Caribe (CELAM), África y Madagascar (SECAM), Asia (FABC), Oceanía, Norteamérica y Oriente Medio.
El objetivo es profundizar el discernimiento sobre las percepciones que surgieron en la sesión de escucha anterior, a fin de formular con mayor precisión las preguntas que quedaron sin respuesta, así como fundamentar y profundizar mejor las percepciones procedentes de las Iglesias locales. También será una oportunidad para involucrar a aquellas realidades que viven al margen de la Iglesia y que probablemente no fueron interceptadas en la fase anterior. Debe quedar claro que, incluso en esta circunstancia continental, no se propondrán respuestas ni se decidirán líneas de acción sobre los temas surgidos en la consulta, como ha aclarado repetidamente la Secretaría del Sínodo.
El documento de trabajo
En cuanto al Documento para la Etapa Continental, la Secretaría aclara debe considerarse como una auténtica guía para un discernimiento permanente que debe continuar en la siguiente etapa.
Al final de la Asamblea de cada “continente” se redactará un documento final posterior que deberá reflejar la voz del pueblo de Dios de esa región específica del mundo. A continuación, los 7 documentos continentales se enviarán a la Secretaría General del Sínodo y constituirán la base del Instrumentum Laboris para la Asamblea General de octubre de 2023 (primera fase) y del año siguiente, tal y como ha establecido en los últimos meses el Papa Francisco.