Seguramente el Papa Francisco será recordado como uno de los grandes reformadores que la Iglesia ha tenido. Basta entrar en la página web de la Santa Sede, hacer click en la sección Francisco para encontrar los documentos pontificios a través de los cuales el Santo Padre ha legislado a lo largo de estos años.
Este 5 de junio de 2022 entra en vigor la Constitución Apostólica Praedicate Evangelium, sobre la Curia Romana y su servicio a la Iglesia.
De este modo, Francisco se suma a la lista de papas que han reformado este conjunto de organismos que ayudan en el gobierno de la Iglesia. Desde Sixto V con la Inmensae Aeterni Dei (1588), pasando por San Pío X con la Sapienti consilio (1908), San Pablo VI con la Regimini Ecclesiae universi (1967) y San Juan Pablo II con la Pastor Bonus (1988).
Se trata de una reforma muy esperada desde que, en el 2013, Francisco anunciara la creación de un Consejo de Cardenales con la finalidad de asistirle en el gobierno de la Iglesia y ayudarle a redactar una nueva constitución para la Curia Romana. Pero, ¿qué tan importante es la Curia Romana? Aunque no es esencial a la constitución de la Iglesia, no es poco el trabajo que realiza. Los hoy llamados dicasterios asisten al Papa en la dirección de toda la Iglesia, compuesta por más de 1300 millones de fieles, según el Anuario Pontificio. Entendemos por qué era tan esperada esta norma que finalmente vio la luz el pasado 19 de marzo de 2022.
Reforma progresiva
Sin embargo, el Papa Francisco parece haber optado por una reforma progresiva. La actual constitución apostólica recoge una serie de reformas que el Papa ya había empezado desde el inicio de su pontificado.
Un ejemplo de ello es el Dicasterio para la Doctrina de la Fe, que fue reformado el pasado 14 de febrero mediante el motu proprio Fidem servare, instituyendo dos secciones en vez de las cuatro oficinas que antes tenía: una para cuestiones doctrinales y otra para cuestiones disciplinares, cada una con su propio secretario y bajo la dirección del prefecto del dicasterio.
Otro cambio o reforma progresiva fue la creación del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, el cual absorbió cuatro pontificios consejos: Pontificio Consejo Cor Unum, Pontificio Consejo Justicia y Paz, el Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y el Pontificio Consejo de la Pastoral para los Operadores Sanitarios.
Valoración de Praedicate Evangelium
¿Qué valoración podemos hacer de Praedicate Evangelium?
Un elemento positivo es la simplificación del organigrama de la curia, de este modo se eliminan barreras propias de una organización compleja.
Otro elemento es el haber reforzado la finalidad de la curia, asistir al papa en la misión de la Iglesia. De ahí el nombre de la constitución apostólica que alude al mandato de Cristo a sus apóstoles, predicar el Evangelio.
Al mismo tiempo, el Papa señala que la Curia Romana tiene el trabajo de reforzar el vínculo entre el sucesor de Pedro, el Colegio de Obispos y las Estructuras Jerárquicas Orientales. También con cada obispo, y con los diversos organismos nacionales, regionales o continentales.
Se trata de un punto esencial para el éxito de la reforma. Recordar el motivo por el cual existe la Iglesia, servir a todas las almas para que alcancen la salvación.
De esta manera, estaremos libres de visiones humanas, políticas o ideológicas que no deben tener lugar en la Iglesia, de lo contrario se desvirtúa la misión que Cristo le ha confiado.